¿Qué cambios experimenta el cuerpo si dejas de consumir azúcar?

El azúcar presente en alimentos procesados puede provocar afectaciones en la salud; ¿qué beneficios trae evitarla?

Xalapa | 2024-09-11

Muchas opiniones se tienen respecto a los azúcares, aquellos complementos que sirven para endulzar nuestra comida, pero que son constantemente demonizados por sus presuntos efectos nocivos en la salud a largo plazo.

Existen dos tipos de azúcar: la primera es natural y se encuentra en las frutas y verduras, la segunda se le conoce como "libre", y en ella se incluye la sacarosa o azúcar de mesa, y es el tipo de azúcar que se agrega a los alimentos procesados como frituras, dulces, postres y refrescos.

A esta sustancia se le conoce por otorgar al cuerpo un subidón momentáneo de energía, pero también incrementa en gran medida las probabilidades de desarrollar obesidad, diabetes, enfermedades cardiacas, además de generar adicción dependencia.

Consumo recomendado de azúcar

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta sugerida de azúcar libre debería ser equivalente al 10% de las calorías diarias, o incluso 5%, lo cual se traduciría a seis cucharaditas en una dieta de 2 mil calorías al día.

No obstante, si decides ir un poco más lejos y apuestas por eliminar definitivamente este tipo de nutrientes de tu consumo diario, podrías experimentar incluso algunos beneficios en tu cuerpo y en tu salud.

¿Cuáles son los beneficios por dejar el azúcar?

Para empezar, y respaldado por la OMS, la abstinencia de azúcar deriva en un aumento de energía; la propia azúcar es energizante, pero esto sólo es momentáneo, y posteriormente se produce una ´caída´ abrupta.

Al azúcar también se le atribuye el inhibir la sensación de saciedad al consumir alimentos, por lo que suprimirla eliminará también los antojos. Además, podrás tener un mejor control de peso, ya que el azúcar representa calorías vacías que se convierten en grasa, aumentando el riesgo de obesidad.

Dejar de comer azúcar también significará una mejora en las funciones cognitivas del cerebro, así como en el estado de ánimo, la salud intestinal y los ciclos de sueño, además de reducir la ansiedad gracias a un mayor equilibrio de insulina.

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