| 2022-12-15
Las posadas, las fiestas de la oficina, el chocolatito, el rompope, los romeritos, el atole, los tamalitos, y las cenas del 24 y 25; sin duda, esta es la época en la que se come lo que no se comió en todo el año.
¿Cómo disfrutar de las festividades sin sentirte culpable y sin atracones que son de miedo? ¡No te prives! Solo reajusta y modera a través de las siguientes prácticas recomendadas por los practicantes del budismo Zen:
Mindful eating. Comer consciente, comer mejor. El budismo zen lo aplica para contener el apetito voraz, brindar templanza. A grandes rasgos, consiste en concentrarte en el poder auténtico de la comida, en el mismo acto de consumirla, en su disfrute, en lo que te hace sentir. Si tú eres consciente de esa rica cena navideña, estás presente en su textura, olor, sabor y lo que significa, entonces no comerás por comer, sino cuando tengas hambre de verdad, con moderación, relajado en la mesa, masticando bien y degustando cada bocado.
Sujeta y deja ir. ¿Compulsión por la comida? Cuando un maestro zen posee un sentimiento obsesivo, imagina que lo tiene sujeto fuertemente en la palma de su mano; siente que lo controla y se deshace de él simplemente abriendo los dedos. Haz lo mismo, oprime y deja fluir.
Medita. Este arte contemplativo coloca en armonía tu cuerpo físico y emocional, y a su vez, con los alimentos. Lleva a tu mente hacia un profundo estado de relajación, y de este modo controlas la ingesta de comida, pues posiblemente el hambre no será tan voraz. Ese 24 por la mañana aléjate un poco del ruido, siéntate lo más derecho, respira hondo y comienza a imaginar un escenario apacible, una puesta de sol, por ejemplo. Inhala, deja ir, repite e imagina. Verás que la templanza también llegará a la cena.
¡Comienza a practicar estos consejos desde ya!