Veracruz debe ofrecer a dios su sufrimiento por COVID-19: Iglesia
El Arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios pidió ofrecer el sufrimiento por la contingencia sanitaria del Covid-19 a Dios y durante la eucaristía de este domingo, que se sigue realizando a puerta cerrada, oró para que una vez que pase la pandemia, se tenga la fuerza necesaria para salir adelante.
Pidió tener paciencia a la grey católica al reconocer que el confinamiento puede generar desesperación al querer salir.
En su homilía en la Iglesia Catedral de Xalapa, aseveró que la contingencia sanitaria deja sufrimientos en las personas tanto por la enfermedad, las situaciones familiares, pero también por la pérdida de empleo y baja de la economía.
“Este sufrimiento que no hemos buscado, que nos ha llegado, nosotros lo veamos con paciencia. Hay muchos que nos desesperamos por estar encerrados y es importante seguir las indicaciones para evitar los contagios”, dijo.
Por ello, aseveró que el sufrimiento que estamos viviendo se pongan como agradables a los ojos de Dios, pues se participa del sufrimiento de la cruz de Cristo y en ese sentido exhortó a seguir las indicaciones emitidas para evitar el contagio por el coronavirus.
Y es que recordó que tan solo en Veracruz los caso van en aumento, especialmente en municipios como Veracruz, Boca del Río, Coatzacoalcos, Poza Rica y en menor grado Orizaba, Córdoba y Xalapa según los datos que han emitido las autoridades sanitarias a nivel nacional y local.
Remarcó, que Jesús es un pastor que conduce por caminos escarpados de la vida terrena, mismo que a pesar de la incertidumbre Dios sostiene nuestras vidas, aun en los momentos más adversos de la vida.
“Como el miedo al contagio del COvid-19 y a las repercusiones sociales, económicas y familiares. Pedimos a dios que nos conceda las fuerzas necesarias para recomenzar después de que pase esta pandemia con profunda esperanza una vida nueva y fructífera”, dijo.
Aprovechó para felicitar a todos los trabajadores de la construcción, desde los más humildes como albañiles y ayudantes, hasta los contratistas y arquitectos encargados de las obras en el marco del Día de la Santa Cruz, así como a los locatarios del Mercado Jáuregui que cada 5 de mayo festejan su inauguración y que se pospondrá este año por la pandemia.
JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR VOCACIONES
La arquidiócesis de Xalapa recuerda este IV domingo de Pascua, La Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y a través de su comunicado refirió que la vida es el primer llamado que Dios hace y para los creyentes, vendrá más tarde la llamada a la santidad que se vive en el servicio que una persona hace al mundo en las diferentes áreas que existen: el mundo del trabajo, de la educación, de la política, de la economía.
El vocero José Manuel Suazo Reyes refirió que la vocación es una llamada de Dios que hace a las personas y que la santidad se vive en la vocación laical, en la vida consagrada o en el sacerdocio ministerial.
Explica que toda vocación supone alguien que llama, alguien que es llamado y la misión a la que la persona es llamada, “una misión importante de toda persona es descubrir en este mundo cuál es la vocación a la que ha sido llamado”.
“Dios llama a cada uno por su nombre y los llama a salir de sí mismos para disponerse a servirlo a él y servirlo a los hermanos. Toda vocación en ese sentido es un llamado para dar gloria a Dios en el servicio a los demás”, dijo.
En su comunicado dominical detalla que la primera llamada que Dios hace es la de la existencia, es el llamado a la vida que todo ser humano posee.
“La vida es el primer llamado que Dios nos hace. Para los que somos creyentes, vendrá más tarde la llamada a la santidad que se hace por medio del bautismo. Esta santidad se vive en el servicio que una persona hace al mundo en las diferentes áreas que existen: el mundo del trabajo, de la educación, de la política, de la economía… etc. La santidad se vive en la vocación laical, en la vida consagrada o en el sacerdocio ministerial”, añadió.
Recuerda que en el mensaje que el Papa Francisco envió por la celebración de esta jornada, invita a contemplar la vida a la luz de la travesía que los apóstoles emprendieron en el Lago de Galilea, después de la multiplicación de los panes.
“El Señor nos llama a todos a seguirlo en una vocación específica como dijimos antes. Esta llamada es una aventura, que “no es pacífica”, dice el papa, “la barca de nuestra vida busca llegar a la orilla dispuesta a afrontar los riesgos del mar”, “a veces puede perderse o ser desafiada por los vientos contrarios de las dificultades, de las dudas y de los temores”, el Evangelio nos dice además que en la aventura de este viaje difícil, no estamos solos, el Señor camina con nosotros”, abundó.
El papa destaca así cuatro términos que son inherentes a toda vocación específica: la gratitud, el ánimo, la fatiga y la alabanza.
Pidió por que en esta Jornada de Oración por las Vocaciones cada uno pueda redescubrir con gratitud su vocación, renovar con valentía su SÍ a Dios, vencer las adversidades con la fe en Cristo y “ofrecer su propia vida como un cántico de alabanza a Dios, a los hermanos y al mundo entero”.