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Desde finales de noviembre miles de familias visitan los diferentes ranchos silvícolas de la región del Valle de Perote para cortar su árbol de Navidad. La experiencia genera que anualmente estos espacios se vean beneficiados económicamente.
De acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA), en esta zona de Veracruz hay más de 30 productores, lo que convierte a la entidad en una de los principales productores a nivel nacional, sólo por debajo del Estado de México y Ciudad de México.
“Un árbol de este tamaño más o menos viene creciendo como entre 5 y 8 años, es el oyamel. Durante todo el año se hace la poda, se limpia porque hay maleza y también cada año se siembra una nueva semilla”.
Explicó Tonatiuh González Barradas, colaborador de Viveros Paraíso.
Pese a la controversia que causa esta actividad, las autoridades afirman que adquirir un árbol natural de una plantación forestal autorizada trae beneficios ambientales.
“Esas plantaciones nos ayudan a retener este CO2, lo convierte en esta planta, se alimenta con carbono del suelo, con nutrientes del suelo, pero también con el aire y con el CO2 que capta. Nos genera oxígeno y nos ayuda a retener estos suelos”.
Explicó recientemente el titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Juan Carlos Contreras Bautista.
Sin embargo, cada año el esfuerzo de los productores de árboles y sus trabajadores se ve afectado por las plagas y el robo de entre 20 y 30 ejemplares.
De ahí que soliciten reforzar los operativos para combatir la venta de pinos navideños talados de forma ilegal.
“Estamos en un corte autorizado y tú sabes que cuando se viene la época también ellos venden afuera estos árboles sin ningún permiso. Entonces de alguna manera ahí la autoridad tendría que tener parte para ver eso”.
Mencionó Tonatiuh González.