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Lupita, mujer que inspira

Lupita, mujer que inspira

En 2018, mientras Guadalupe entrenaba, sintió un tirón en el abdomen, marcada del torso por sus extenuantes sesiones, la licenciada en Educación Física se dio cuenta que predominaba una pequeña protuberancia la cual no le daba ningún tipo de molestia ni dolor, con el paso del tiempo, su abdomen parecía el de una embarazada de tres meses.

Inmediatamente fue a revisarse con el médico y el resultado del ultrasonido fue “quiste gigante de ovario”, el cual procedieron a extirparlo, ya fuera de su cuerpo le diagnosticaron cáncer, la noticia fue un “ping pong” de pensamientos con sentimientos encontrados, a pesar de que ella tiene su lema de vida “Yo siempre puedo”, reconoce que cuando te dan una noticia así, inmediatamente el cáncer es vinculado con muerte, mientras su cabeza le recordaba un posible inicio del final, su corazón se resistía a sucumbir.

“Sobre todo en las noches que ya estás con calma en tu casa, ¿y si me voy a morir, qué voy a hacer, a lo mejor mi auto se lo dejo a mi sobrino y la casa a fulano y de repente dices ¡¿no, pero porqué estoy pensando eso?!”.

La nativa del puerto jarocho tiene herencia genética cancerígena por parte de su línea materna, y aunque ya le habían extraído el quiste, el oncólogo la dejó en observación por tres meses, cuando cumplía seis meses de observación, se da cuenta que otra protuberancia mucho más pequeña que la primera, se le nota en una de sus zonas inguinales.

Metástasis

La ginecóloga la canalizó con el oncólogo para tranquilizarla, de los dos especialistas recibió dos tratamientos, uno ligero y otro mediano respectivamente, después del mes, el cuerpo extraño no se había deshecho.

En junio de 2019 una biopsia da positivo de metástasis, células cancerígenas del anterior quiste se habían quedado en su cuerpo y se desarrollaron, una semana después, Lupita inició quimioterapias, algo que no había vivido jamás.

Al principio fue un duro golpe en varios aspectos como mujer; perdió cabello, cejas, pestañas, sufrió dolores y perdió casi 10 kilos.

Después del tratamiento, la protuberancia disminuyó en tamaño, por ello aún no lo extirpan pues ella sigue en observación.

Desde que terminó el tratamiento, Lupita regresó al gimnasio y a hacer ejercicio, aunque ahora con menor frecuencia y diversos cuidados.

‘Yo puedo’

Guadalupe no podía quedarse en cama después de las últimas quimios, pues su madre, quien sufre de la reciente pérdida de la vista, la necesitaba, no podía dejarle a su padre todo el peso de la responsabilidad de cuidar a su madre.

“La voy a pasar mal, pero yo siempre puedo, fue lo que traté de aflorar de mi mente, no podía dejar a mi madre sola”. Esta experiencia le hizo valorar a muchas personas que le mostraron su apoyo y lo mejor de ellos, mientras otros pocos se distanciaron o mostraron indiferencia.

“El cáncer te hace ver muchas cosas, valorar muchas cosas, el simple hecho de tener tus pestañas lo valoras y das gracias por que las tienes”.

  Guadalupe incluso recibió reconocimientos por parte de mujeres que le confiaron que las inspiró para salir adelante gracias a sus fotos donde está entrenando incluso con pañoleta en la cabeza, cargando pesas y haciendo ejercicio a días de su última quimioterapia.


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