Líder de taxistas asesinado en Veracruz, vivió hasta el final 'a su manera'
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“Puedo seguir hasta el final, a mi manera”, es la frase que definió la vida de Moisés Carrillo de la Cruz, presidente de la Alianza de Organizaciones Taxistas de Coatzacoalcos, hasta su lamentable muerte, pues antes de ser ejecutado, regresaba de destrabar un conflicto de sus agremiados, algo que siempre lo distinguió de muchos líderes.
‘A mi manera’ fue su canción favorita, cuya letra reflejó todos los pasajes de su vida, ya que fue un hombre que en sus 51 años amó, sufrió, que gozó y se sobrepuso a todo tipo de adversidades, un ejemplo de resiliencia.
“Nadie merece morir así”, es la frase en común de parientes, amigo y compañeros de batalla, pues la tarde del martes, a su regreso de Tránsito del Estado y a unos metros de la oficina de la organización, en la colonia Playa Sol, fue cobardemente asesinado por la espalda.
Durante los más de 10 años que dirigió la Alianza de Organizaciones Taxistas de Coatzacoalcos, tras el fallecimiento de su padre, Moisés se dedicó a ser aliado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a sus diversas agrupaciones como el Movimiento Territorial y la Confederación Nacional de Organizaciones Populares.
No había evento de los gobernadores en turno, de candidatos o alcaldes, en los que el ‘músculo’ taxista no se viera reflejado gracias al don de gente que poseía Moisés Carrillo, pues no sólo aglutinaba a su organización, sino a sus demás compañeros líderes; ver aquella mancha blanca con roja en la Expo Feria y el Malecón Costero, era impresionante.
A pesar de que los gobiernos en turno siempre callaban ante la inseguridad, Moisés jamás dudó en alzar la voz por los taxistas al denunciar los robos y asaltos de los que fueron presa no sólo en su organización, sino en las demás, al grado de impulsar una red por What’s App ante la inoperancia de las autoridades y los abusos de éstas.
Sin embargo, el ser un fiel priista nunca estuvo peleado con la congruencia de Moisés, pues ante los atropellos que sufrían los taxistas, ese mismo ‘músculo’ se hacía visible en las manifestaciones y bloqueos, ya sea para exigir la tan anhelada ventanilla única de Transporte Público, bajar el costo de la gasolina, o para denunciar ‘el tortuguismo’ o corrupción en la Dirección General de Tránsito.
Tan es así, que Moisés Carrillo fue de los pocos líderes que pudo estar codo a codo con la férrea luchadora taxista de ideología izquierdista y ahora regidora, Eusebia Cortés Pérez, en la defensa de los taxistas.
Aunque Moisés tuvo tatuado el priismo en su piel, partido al que le dio su apoyo, éste jamás fue correspondido, por lo que no tuvo de otra que dejarlo y adherirse al proyecto de Jesús Moreno, cuando éste se postuló por alcaldía en el PAN, fuerza política que de nueva cuenta lo relegó, hasta finalmente adherirse a la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, sindicato afín a Morena.
Muchos le podrían considerar como ‘chapulín’, pero la convicción de ‘Moi’, como muchos le decían en vida, fue la de sumarse a los proyectos que verdaderamente impulsaran y dignificaran a los taxistas, pues muchas veces esperó promesas de dispensarios médicos y de apoyos, que él solventó para no fallarle a su gente, pero más que eso, el mejor papel fue el de padre y madre, pues quienes lo conocieron saben que a pesar de todo, su prioridad es su pequeño Moisés.
“Hoy sé que firmé fui y que afronté ser como era, y así logré seguir, a mi manera”, es otra de las frases que definirá el legado de Moisés Carrillo de la Cruz, quien este jueves será llevado a su última morada a su oficina y hogar, para posteriormente ser llevado al Panteón Antiguo.
Hoy el cuerpo de Moisés yace en un féretro acompañado de la Virgen de Guadalupe, de quien era devoto, pues cada 12 de diciembre nunca podía faltar su tradicional peregrinación taxista y rezo en casa, que al igual que sus oficinas, fueron de puertas abiertas para todos los periodistas de Coatzacoalcos.
“Ahora sé que fui feliz, que si lloré también amé, puedo seguir hasta el final, a mi manera”. ¡Descansa en Paz querido Moi!
