El beisbol infantil y juvenil,con difícil panorama

Si por algo se le considera el “Rey de los Deportes”, es gracias a sus formas de como sumar números y que en el box score se refleje lo que en el terreno de juego se desarrolla y que sólo aquellos amantes de esta disciplina entenderán por ende que es una “caja de sorpresas” por lo que encierra maravillosamente en ella.

De los deportes profesionales que en nuestro país decidieron a tiempo declarar desierta la temporada, fue precisamente la organización Liga Mexicana de Beisbol, la llamada Liga Veraniega, la de la “pelota caliente”, por cuestiones conocidas a raíz de la pandemia y que, en el seno de varios clubes, presentaron casos del coronavirus.

Y desde ahí, se dejaron venir cascadas de suspensiones, y más que obvias la razones, porque todas las Asociaciones o agrupaciones que promueven este deporte, tuvieron que someterse a la restricciones de un confinamiento para evitar la propagación de la enfermedad en este sector, que siempre ha sido, el de Ligas Pequeñas un ejemplo de disciplina y buen deporte, que deja enseñanza y educación.

A lo largo de todo el país, ninguna Liga Pequeña soportó estar a expuestas a la Pandemia y más porque es un sector donde convergen infinidad de familias, pues al final de cuentas en las Ligas Infantiles y Juveniles de Beisbol se encuentra el verdadero deportivismo que todos adoptan a partir de su consagrado Credo que es fundamental, para impulsar solo el espíritu de jugarlo sin importar que lo que no se pueda alcanzar, si primero es la convivencia.

EXTRAÑEZA Y

MUCHA TRISTEZA

Claro que los más sentidos de haber dejado de tomar el bate, el guante y la careta con el afán de jugar con la pelota formada con larguísimos hilos y forradas por un cuero, sin lugar a dudas que son los niños y jóvenes.

No hay manera de asegurarles que pronto estarán de nuevo en esos lugares donde yacían cada fin de semana, pegándole duro a “doña blanca”, corriendo por los jardines fildeando a su manera y con gran magia para atrapar la pelota.

No, no hay forma de explicarles a esos pequeños que el nuevo coronavirus, una enfermedad que llegó de la nada y que, su mayor potencial de presencia en el ser humano es el contagio de mano, por el saludo, o por el abrazo, o por las tradicionales formas que celebrar una jugada o un triunfo.

Sin embargo, han entendido que hoy, aunque quisieran, en lo que menos pueden pensar es regresar pronto a su habitual entorno de practica su deporte favorito.

EN COATZA

Y LA REGIÓN

Como parte fundamental de la vida dentro del deporte, quienes nos dedicamos a difundirlo, como mera información, pero con la verdadera convicción de hacer felices a todos, por dar a conocer lo que se plasma ahí en el diamante, hoy también extrañamos en la región no poder ver a esos pequeños gigantes, vestidos curiosamente con sus atuendos emulando a las estrellas del beisbol mundial.

Desde Acayucan, donde se practicaba sutilmente y se sembraban los semilleros de esas futuras estrellas, pasando por Minatitlán y llegar al viejo Puerto México, hoy Coatzacoalcos, todos los centros de formación lucen desiertos, dejando que la yerba entre la grama hábilmente siga creciendo, en lugar de esos peloteritos que algún día nos podrían dar grandes satisfacciones, como ya lo hacen otros tantos salidos del beisbol de Ligas Pequeñas.

Ojalá que la disciplina y fuerza de voluntad, sigan siendo las bases, para aguantar el confinamiento y que, sí, muy pronto, con la esperanza por delante, estaremos de nuevo, difundiendo lo que solo ellos, niños y jóvenes pueden realizar con el bate y la pelota.