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Playas veracruzanas, tierra sin ley y de contagio

En la mira

En forma literal se puede decir que en algunas de las zonas de playa desde el bulevar Vicente Fox en Boca del Río hasta Playa Regatas en Veracruz parecen ser territorios gobernados por distintos sistemas, o con políticas netamente antagónicas.

Y es que viene esto a razón de que mientras algunos de los espacios para bañistas lucen totalmente desiertos en respuesta a las recomendaciones para que no haya conglomeraciones y se respeten las medidas sanitarias por la contingencia de Coronavirus, en el caso de las del municipio porteño las playas de Villa del Mar por ejemplo, se encontraron este domingo con una nutrida asistencia sin distinguirse del preámbulo de cualquier periodo vacacional de Semana Santa.

El jueves por la noche el Gobierno estatal anunció un tácito cierre de las playas al atender las recomendaciones del Consejo Estatal de Salud.

Durante el viernes y sábado realizaron operativos con el llamado a los bañistas a retirarse, principalmente de Villa del Mar. Pero no fueron del todo escuchados, o más bien, fueron totalmente ignorados.

El ayuntamiento porteño que se había deslindado en todo momento que no era su responsabilidad sino de la Federación el prohibir la presencia de visitantes en los litorales con fines turístico, colocó mantas en los sitios recreativos a lo largo del bulevar, pero sin una medida mayormente enérgica.

El mismo viernes el Ayuntamiento anunció que realizaría operativos para procurar el confinamiento de la población en sus casas, pero aclaró que en colonias básicamente, y para las playas, claro está, nada de confrontación con palaperos ni vendedores ambulantes que mantienen hasta este domingo como su coto de poder, el sitio turístico de Villa del Mar. Una razón meramente político-electoral.

En el mismo puerto, Playa Regatas por ejemplo, frente al ex hotel Novomar, hoy Double Tree by Hilton, era un lugar totalmente desierto, igual que en Boca del Ríó, donde de una forma más inteligente la propia autoridad municipal pudo inhibir la presencia.

No así en el puerto donde ni ayuntamiento y aún con la Guardia Nacional los cientos y hasta miles de turistas y ciudadanos de la conurbación han hecho caso omiso, no obstante, en víspera de las siguientes semanas que serán cruciales para aminorar el impacto de la pandemia, pero con estas acciones muy contrarias a las recomendadas.

En Sinaloa y Baja California no anduvieron con contemplaciones, y usaron la fuerza pública para el desalojo. En tanto, en Navolato por citar un ejemplo, tampoco fueron altamente respetuosos de las instancias, como tanto profirió el gobierno local del puerto, y la Policía Municipal se encargó de sacar a los bañistas en apoyo de los representantes del ayuntamiento para que nadie estuviera ni en la zona de restaurantes o bares.

 

MUY EN CORTO

CONDENA IGLESIA OPACIDAD. Y es que la contingencia por la pandemia de Coronavirus ha estado salpicada de diversos matices políticos, pues los tres niveles gobiernos juegan un rol trascendental en esta crisis de salud.

Es así que los poderes fácticos también desde sus respectivas trincheras participan activamente y justamente en una reunión entre miembros de la clase católica, el Obispo de la Diócesis de Veracruz, Carlos Briseño Arch, hizo una evaluación de cómo se estaba manejando la continencia en la zona conurbada.

Y de acuerdo al prelado el gobierno boqueño había aplicado mejor las medidas de mitigación en contra del maligno virus que trae en “jaque” a toda la humanidad, como ya arriba se ha señado.

Por supuesto que no salió bien librado el porteño edil, Fernando Yunes al ser comparado con su homólogo Humberto Alonso Morelli quien se llevó los mejores comentarios del clero.

El manejo de las playas boqueñas, la colocación de módulos sanitizantes así como el no pelearse con el gobierno estatal hicieron que superara a su compañero de partido.

Y es que destacaron que el alcalde de Boca del Río también recibió el oficio del Gobierno de Veracruz donde se le exhortaba a adoptar medidas dictadas por el Consejo de Salubridad General y el Consejo Estatal de Salud.

Pero a diferencia del hijo del ex gobernador veracruzano, Alonso Morelli no filtró el documento a la prensa para buscar victimizarse y para sacar “raja política” en estos momento donde los colores entre administraciones públicas deben pasar a segundo término.

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