Marlon, el ‘Alito’ veracruzano

La bandera de lucha contra los altos cobros que realiza en Veracruz la Comisión Federal de Electricidad; y por la reclasificación de las tarifas eléctricas que se aplican en la entidad, ha sido enarbolada por varios actores políticos.

En junio de 2020, por ejemplo, el entonces senador Ricardo Ahued Bardahuil dio a conocer la gestión ante la CFE para bajar las tarifas; y llamó a la empresa a solidarizarse con los veracruzanos en tiempos de pandemia.

Explicó que los habitantes de Veracruz pagan una tarifa 40 por ciento mayor que los de Tabasco, que tienen temperaturas similares.

El actual alcalde xalapeño no tuvo demasiado eco; porque la CFE ni siquiera consideró una propuesta que era bien vista por los consumidores de esta entidad.

Ese mismo año, la exdiputada federal Anilú Ingram, del PRI, también lanzó un exhorto a la CFE por los cobros excesivos en la entidad. Incluso, convocó a los usuarios con recibos desproporcionadamente altos a entregarle copias de esos documentos, a efecto de acompañar la gestión para que la empresa revisara los casos.

Más recientemente, el senador Julen Rementería hace lo propio y retoma una vieja demanda de los usuarios de la CFE en Veracruz: que las tarifas se reclasifiquen, para que las familias paguen menos y el comercio y la industria sean más competitivos.

Curiosamente, el senador panista ha recibido algunas críticas por ese trabajo; y lo más raro es que éstas no provienen de Morena o del gobierno, sino de un dirigente priista, supuesto opositor a la 4T, Marlon Ramírez Marín.

En los pasillos del comité estatal del PRI circulan comentarios en el sentido de que es tanta la frustración de Marlon Ramírez, a quien ni los aspirantes de su propio partido lo toman en serio, que decidió volverse parte de la comparsa de la 4T para denostar las acciones del senador panista Julen Rementería.

El dirigente del tricolor ya se había lanzado antes contra otros políticos que han sido considerados incómodos para el actual gobierno estatal, como Sergio Gutiérrez Luna, diputado de Morena; o el legislador priista José Francisco Yunes.

En Veracruz ha trascendido que Ramírez Marín estaba alineado con el grupo Yunes de Boca del Río, de cuyos intereses era férreo defensor, pero desde que éstos lo “enfriaron”, busca congraciarse con el titular de la Secretaría de Gobierno.

Se ha especulado que desde dicha oficina le habrían ordenado a Marlon iniciar una andanada de ataques contra el senador panista, como este lunes, cuando criticó el tema de la consulta que Rementería realiza sobre las tarifas eléctricas.

Debe ser difícil para un dirigente supuestamente opositor tener que defender los intereses del partido en el poder, sin que al interior de su partido se le considere un interlocutor serio.

Marlon Ramírez se ha vuelto el aliado indeseable; el dirigente de un partido venido a menos, que no inspira confianza ni siquiera entre sus correligionarios. Es algo así como el “Alito” veracruzano; lanza dardos contra priistas y panistas, pero nunca, ni por error, toca al gobierno estatal.

@luisromero85