Guardianes de Tradición de Cholula
Columna: Caminata del Renacimiento Mexicano
Eran esperados los caminantes en Huejotzingo, por el jefe Ozelotltoatzin, la jefa Gloria y otros danzantes más los recibieron con humo de copal, sonido de caracol, esa una de las costumbres en los pueblos donde hay guardianes de tradición, recibir a los caminantes peregrinos portadores de fuegos sagrados, ya sea para darles alojamiento y alimentos o para acompañarlos a caminar a lo largo del territorio que resguardan. Realmente la invasión española no arrasó con todo, sobrevivieron muchos guardianes de tradición en distintos territorios y gracias a la tradición oral, a la simbiosis obligada, y las diversas resistencias indigenas, es como se conservó el conocimiento, la esencia, la cosmovisión, los valores y las virtudes de los distintos pueblos originarios de la Anáhuac.
La jefa Gloria, guardiana del fuego sagrado, sahumó el pantli de la Virgen de Guadalupe, la Bandera de México, y a cada uno de los caminantes. Los fuegos se encontraron, se compartieron las llamas, las aguas se unieron purificando a cada uno, y los vientos sonaron tan fuerte que el espíritu vibró recreando en la eternidad breves instantes de armonía y solemnidad ancestral.
Tenían varios años de no haberse visto, Colibrí había compartido años atrás diversas danzas, velaciones y distintos ceremoniales con la Jefa Xilonen, otra gran guardiana de tradición de Cuetlaxcoapan (ese es el nombre originario de Puebla). El reencuentro era cálido y amoroso y ahora se tenia la gran proeza de caminar por el renacer de México.
Caminaron diecisiete kilómetros más para llegar al centro ceremonial de Cholula, ahí eran esperados por la Jefa Tonanzin, guardiana de tradición de Tonanzintla, otro poblado muy cercano a Cholula, ella tiene un gran centro ceremonial en honor a Tonanzin Tlalli Cuatlicue, y es encargada de hacer los ceremoniales pertinentes hacia la Madre Tierra en su territorio. Ella es una gran maestra, formadora de danzantes y guardianes de tradición, ha tenido un gran impacto en las jóvenes generaciones, en su mayoría todos sus aprendices oscilan entre los 12 y 20 años. Y ahí estaba ella, frente a un gran huéhuetl, rodeada de muchos jóvenes danzantes, su sahumadora, y las palabras de los elementos estaban enfrente listos para recibir a los caminantes.
A pesar de lo cansados, subieron a la cúspide de la pirámide, les aguardaba un árbol ahuehuete donde harían el cierre de la Caminata, abajo de él se depositaron las cenizas del fuego sagrado, las ofrendas y un documento que llevaba inscritos los Derechos de la Madre Tierra que era la iniciativa de ley que daría pie a una nueva generación de derechos en México, un documento que fue el inicio de un gran despertar por la defensa de la Naturaleza. Fue en Cholula donde los guardianes pidieron permiso para que esta propuesta legal iniciará su propio peregrinar.
Por: César Daniel González Madruga “El Siervo”, Martha Adriana Morales Ortiz “Colibrí”, Enrique Quezadas, Lupita García, Dorian Antuna y Rafa Aluni.
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