A 100 días alcaldes se quedan sin gas
Columna: En la mira
A partir de hoy, miércoles 22 de septiembre, faltan exactamente 100 días para que los actuales alcaldes concluyan sus administraciones en los 212 municipios del estado, pero tal parece que muchos de ellos decidieron bajar la cortina pasadas las elecciones del 6 de junio o incluso desde antes.
Prueba de ello, son los alcaldes de la zona conurbada Veracruz, Boca del Río, Medellín y Alvarado, los cuales tiraron el hacha desde hace varios meses, sin importar que fueron elegidos para un periodo de cuatro años.
A los alcaldes ya no se les ve en eventos públicos, mucho menos inaugurando obras o brindando atención a los ciudadanos; vaya, ni siquiera prestando los servicios básicos a la población. Las ciudades las han dejado al garete en espera de que tomen posesión las nuevas administraciones.
En el municipio de Veracruz que todavía gobierna Fernando Yunes, basta con observar las calles en muy mal estado, llena de baches y sin mantenimiento; los semáforos descompuestos, las luminarias apagadas, las alcantarillas y el drenaje pluvial lleno de basura, lo que provoca constantes inundaciones en esta época de lluvias, pareciera que se pretende entregar una ciudad destruida a la sucesora o sucesor.
Lo único que funciona como relojito es la Dirección de Tránsito Municipal, cuyos elementos andan a la cacería de los automovilistas ante la menor provocación o ante la más mínima falta al reglamento; pareciera que tienen la consigna de recuperar lo gastado en el pasado proceso electoral.
La ciudad está devastada, los edificios del centro histórico se caen a pedazos provocando accidentes en los transeúntes que caminan por la avenida Independencia; irónicamente, el único edificio al que se le mete mano, es a la moderna construcción de la Torre Centro, presuntamente propiedad de la familia Yunes y que armó polémica hasta en Palacio Nacional.
Incluso los departamentos ya se ofertan en las principales páginas de internet que se dedican al sector inmobiliario con un costo de 4 millones de pesos cada uno. “Torre centro es el edificio más alto del centro de Veracruz y se ubica a una cuadra de la macroplaza y el malecón, con una hermosa vista al mar. Aprovecha esta oportunidad para adquirir un inmueble de lujo en la zona céntrica de la ciudad de Veracruz”, se lee en lamudi.com.mx.
Boca del Río, no es la excepción. Del alcalde Humberto Alonso Morelli no se sabe nada desde hace varios meses. Desapareció de la agenda mediática, incluso antes del pasado proceso electoral. Al parecer dejó operando su administración en piloto automático.
No hay eventos, no hay inauguración de obras, ni siquiera un izado de bandera que encabece. A menos que esté operando a control remoto, parece que Alonso Morelli ya concluyó su administración y sólo está a la espera de entregar el mando al alcalde electo, Juan Manuel de Unánue, a quien no le disgustaría empezar a gobernar antes de tiempo si no es que ya lo hace.
En Medellín, el alcalde tiktokero panista Polo Deschamps está más preocupado por viralizarse en las redes sociales que en seguir gobernando su municipio. Desde hace varios meses mantiene a la ciudad sin la prestación de servicios públicos, provocando que se junten montones de basura en las calles. Eso sí, presume en Tik Tok que se corta el cabello en una exclusiva estética hollywoodense, con una copa en la mano de whisky Macallán 64 años.
A pesar de que el pueblo medellinense lo hizo perder junto con su candidato Gabriel Cárdenas el pasado 6 de junio, al alcalde no parece importarle, incluso es señalado de haber dejado ya autorizada un alza en las tarifas del agua que tendrá que hacer frente la próxima administración verde.
En Alvarado, al alcalde Bogar Ruiz Rosas pareciera que también ya no le da para más. Después de haber iniciado con el pie derecho con el gobierno del estado, se peleó y pocos o nulos fueron los resultados de su administración municipal. No logró siquiera acabar con la cartera vencida del impuesto predial y ya solo cuenta los días para entregar el relevo, pues recursos ya no hay.
Su única buena suerte es no haberle entregado la administración a Octavio Ruiz Barroso, a quien calificó innumerables ocasiones de desvío de recursos, pero cuyas denuncias nunca procedieron. Y que de llegar éste le hubiera valido tener un pie en la cárcel.
Es así como los actuales alcaldes terminan sus gestiones. Les queda poco no necesariamente para terminar el Plan Municipal de Desarrollo al que se comprometieron hace cuatro años, sino para tapar los huecos financieros que seguramente les generaron los gastos de campaña y concluir en lo administrativo una que otra obra con costo inflado.
A partir de hoy tienen tan sólo 100 días y corre tiempo.
