Xalapa recuerda a su estrella: Ana María González, la musa del bolero

En la capital de Veracruz, un 31 de agosto de 1920, nació la musa del bolero

Xalapa | 2023-08-31

En Xalapa surgió una de las intérpretes más deslumbrantes de bolero: María Olga del Valle Tardos, inmortalizada bajo el nombre artístico de Ana María González

Su presencia se fundió con los años cincuenta del siglo pasado, desplegando su calidad artística más allá de las fronteras nacionales e incluso en península ibérica.

Además de boleros, incursionó en diversos géneros, tanto españoles como rancheros.

En Xalapa, un 31 de agosto de 1920, Ana María González abrió sus ojos al mundo. Adolescente, acariciaba el canto ya. Los años treinta la vieron emerger con fuerza, con apenas catorce años, en un concurso de aficionados orquestado por la XEB La B Grande de México. 

Su talento despegó entonces para arrancar una carrera que se alzaría majestuosa.

En los albores de los años cuarenta, los escenarios de las carpas la abrazaron, uniendo sus versos a los de la vida itinerante. 

ENCUENTRO CON AGUSTÍN LARA

Cantó bajo las luces que bailaban en el Folies Bergère, compartiendo el espacio con figuras de la talla de Cantinflas y el propio Agustín Lara. 

Aquel icónico compositor se convirtió en una figura crucial en su historia, guiándola a una gira internacional que traspasaría océanos.

Desde los rascacielos neoyorquinos hasta las avenidas soleadas de Los Ángeles, la oriunda del estado de Veracruz Ana María llevó su voz y pasión. Pero fue en Río de Janeiro donde una pregunta encendió la chispa de una leyenda: "¿Qué es el amor?", cuestionó a Agustín Lara, el Flaco de Oro. 

La respuesta se fundió en una canción, "Bendita palabra", que pronto sería entonada por su propia voz. Melodías y emociones tejieron una travesía que dejó huella en cada rincón.

En Buenos Aires, los vientos del éxito llevaron su canto a través de las ondas de Radio Belgrano. 

Ana María coincidió con el legendario Agustín Lara, construyendo un himno que se enraizaría en la esencia de España. Así, la voz de Ana María González se fusionó con la magia de los boleros, su canto gravado en más de cien canciones y sus pasos inmortalizados en películas como "El guardián del paraíso" y "Carnaval en el trópico". 

Pero como toda leyenda, su melodía llegó a su último acorde el 20 de junio de 1983.

Sus restos reposan en el panteón Jardín, en la ciudad de México, pero su voz perdura, arraigada en los rincones del tiempo. 


.
.