Xalapa | 2022-03-01 | Leticia Cruz
Tras la declaración de Honduras como territorio libre de minería a cielo abierto, ambientalistas veracruzanos esperan que pronto se dé ese paso en Veracruz y en México.
Desde hace 10 años, proyectos mineros a cielo abierto amenazan a Veracruz, en los municipios de Actopan y Alto Lucero.
"Y Veracruz para cuándo", cuestionó el activista Guillermo Rodríguez Curiel.
Este reciente 28 de febrero de 2022, Honduras se declaró territorio libre de minería a cielo abierto.
La presidenta hondureña, Xiomara Castro, comunicó al pueblo Honduras, así como a la comunidad nacional e internacional, las disposiciones de la Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas, que "se cancela la aprobación de permisos de permisos de explotación extractivista, por ser lesivos en contra del Estado de Honduras, atentan contra los recursos naturales, la salud pública, y que limitan el acceso al agua como derecho humano. Se declara a todo el territorio Honduras libre de minería a cielo abierto".
Ante ello, la comunidad ambientalista de Veracruz celebró el avanzado paso que da Honduras al privilegiar el medio ambiente y dos derechos humanos, por encima de intereses económicos particulares de empresas transaccionales.
En Veracruz, recordó Guillermo Rodríguez Curiel, se espera que pronto el gobernador Cuitláhuac García Jiménez emita el decreto que ya le entregó la sociedad civil organizada, y se declare al estado como territorio de minería a cielo abierto.
Y es que las minas a cielo abierto representan graves daños a los ecosistemas, la salud humana y el derecho al agua, además que, tras su explotación, lo único que queda es un inmenso hoyo con daño irreversible.
Hay que recordar que, además, como lo han señalado especialistas, entre ellos del Instituto de Ecología, en Veracruz los proyectos mineros a cielo abierto -Caballo Blanco, La Paila, El Cobre-, de intereses mineros transaccionales, principalmente canadienses, se ubican escasos kilómetros de la Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde, en una zona donde el cerro La Paila, que sería directamente afectado, funge como barrera natural antihuracanes, es uno de los santuarios de aves migratorias más importantes, alberga diversas especies de animales y plantas como cícadas.
Se trata de proyectos de minería a cielo abierto junto al mar, por lo que no hay precedentes de los daños que pudieran ocurrir al desechar productos cianurados en el océano.
Ante ello, el llamado de especialistas y sociedad civil organizada, es que Veracruz blinde su territorio de minería a cielo abierto, "es una gran herencia que el gobernador Cuitláhuac puede dejar a los veracruzanos", enfatizó Guillermo Rodríguez Curiel.