Xalapa | 2024-10-24
Este 24 de octubre la Iglesia de Xalapa está de fiesta ya que ese día está marcado para recordar a San Rafael Guízar y Valencia, obispo de Veracruz y quien es uno de los clérigos más recordados en la ciudad.
A pesar de haber nacido en Cotija, Michoacán, su vocación litúrgica y sus andares tanto dentro como fuera de México terminaron por traerlo a la entidad, de la que fue nombrado obispo en 1919 y de la cual tomó posesión en enero de 1920.
A pesar de vivir en carne propia la persecución religiosa en México se mantuvo firme en la enseñanza de la religión católica, a pesar de las múltiples veces que fue exiliado del país antes y después de ser nombrado obispo de Veracruz.
Rafael Guízar y Valencia falleció el 6 de junio de 1938 en la Ciudad de México, lejos de la Diócesis de Veracruz y posteriormente trasladado a Xalapa, donde fue sepultado en el entonces Panteón Municipal que hoy es conocido simplemente como panteón 5 de Febrero.
Ahí es donde comenzaron las primeras muestras de la posible santidad de Rafael Guízar; fue en los años 50, más de una después de su entierro cuando se tomó la decisión de exhumar al obispo.
Al momento de sacar su cuerpo de la tumba notaron que éste no mostraba signos de descomposición, a excepción de que le faltaba el ojo izquierdo que, según historias, él había ofrecido ´por la salvación de un pecador´.
Además, la tumba en donde estaba se encontraba llena de agua para el asombro de los fieles que presenciaron el hecho. El cuerpo de Guízar y Valencia fue llevado luego a la Catedral de Xalapa en donde se encuentra el día de hoy.
Desde ese momento han sido varios los milagros atribuidos a San Rafael Guízar y Valencia; sin embargo, son dos en específico los que valieron para que la Iglesia Católica lo elevara a los altares primero como beato y luego como santo.
El primero de ellos tuvo lugar en Córdoba donde una pareja deseaba más que nada tener un hijo; sin embargo, un extraño síndrome hacía que la mujer no pudiera ni menstruar ni ovular por lo que le era imposible cumplir ese sueño.
Fue un sacerdote que había conocido a Rafael Guízar quien les sugirió acudir a la tumba del cura en Xalapa y pedir su intercesión para lograr concebir al hijo que tanto querían.
Poco tiempo después, la mujer experimentó algunos síntomas raros; el resultado fue que ella estaba embarazada. El supuesto milagro fue investigado, derivando en la beatificación de Rafael Guízar el 29 de enero de 1995 por el Papa Juan Pablo II.
El segundo milagro investigado por la Iglesia y que derivó en su canonización (nombramiento como santo) está relacionado con la sanación de un bebé. Lo especial del caso es que esta ocurrió antes de que el niño fuera concebido.
Un matrimonio que esperaba a su primer hijo se llevó una terrible sorpresa tras un ultrasonido realizado en la semana 31 de gestación, donde el producto fue diagnosticado con paladar hendido y labio leporino.
Esta situación entristeció a la pareja que ya se mentalizaba para enfrentar esta situación. La abuela paterna les dijo que rezaran la novena del entonces Beato Rafael Guízar y Valencia, pidiendo su intercesión para que el niño naciera con bien.
Pasados los nueve meses, la pareja y los médicos se sorprendieron al descubrir que el niño había nacido sin esta condición
Al igual que con el caso anterior, después de varias investigaciones llevadas por las autoridades eclesiásticas, se determinó que no había una explicación lógica para la sanación del bebé.
El domingo 15 de octubre de 2006 el Papa Benedicto nombró a Rafael Guízar santo, volviéndose así el primer obispo mexicano en obtener este reconocimiento.
A lo largo de los años han sido varios los milagros atribuidos a la intercesión de quien es, sin lugar a dudas, el obispo de Veracruz más conocido en México y otras partes de Latinoamérica; ¿conoces alguna historia que esté relacionada a este sacerdote?