Xalapa | 2021-06-20 | Bibiana Varela
Músico, ídolo y superhéroe; así es Humberto Rodríguez Flores, padre luchón que, de la mano de la marimba, ha sacado a sus hijos adelante pese a cualquier adversidad.
Desde hace 30 años, Humberto conoció en las calles las mieles de la música. Un sonido peculiar llegó a sus oídos y, desde entonces, quedó impregnado en su ser; ahora, la marimba es todo para él.
"Trabajando de niño boleaba zapatos y empecé a conocer a los señores que venían a tocar la marimba; me gustó y les pedí trabajo", recordó.
Ahí inició su travesía, donde desde muy joven comenzó a inundar las calles de Xalapa con sus melodías, que hoy por hoy se han convertido en un emblema del Centro de la capital.
"Aquí estamos haciendo un poquito de música para alegrar el corazón de la gente", dijo con entusiasmo; sin embargo, reconoció que hay temporadas bajas, donde llevar el sustento a su hogar se convierte en un verdadero viacrucis, lo que lo ha orillado en varias ocasiones a alejarse un poco de la música y buscar otras fuentes de empleo.
"He trabajado como electricista, vigilante y en otras cosas", relató... pero al final, siempre regresa a la marimba.
Todos los días, Humberto y sus dos compañeros llegan a la calle Enríquez a las 10 de la mañana, donde desenfundan la marimba, la guitarra y el güiro y comienzan un toquín que termina por convertirse en un verdadero festival.
Sin embargo, ahora se ha sumado un cuarto integrante: Bryan Antonio, un pequeño de tan solo 9 años de edad que, orgulloso de su padre, ha decidido seguir sus pasos y adentrarse con entusiasmo en el mundo musical.
"Mi hijo ya toca la marimba y empezó a tocar la batería; me siento muy orgulloso y feliz de que él siga mis pasos (...) Lo traigo aquí para que aprenda, pero no por eso deja el estudio, pues es lo principal para prepararse para el futuro", dijo con notable alegría.
Para Humberto, ser padre es una de las mejores cosas que le ha pasado en la vida, y el hecho de que sus cinco hijos hayan heredado el gusto por la música, es el mejor regalo que pudo haber recibido.
Ahora, su único deseo es que sus hijos estén bien y Dios los proteja del Covid-19... "ya lo demás es ganancia".
Apenas tiene 9 años de edad, pero Bryan Antonio ya sabe lo que quiere ser en la vida: un talentoso músico, igual que su papá.
"Me siento muy muy feliz de verlo tocar y que la gente lo escuche", señaló orgulloso.
Ver a Humberto, su padre, detrás de la marimba, lo ha impulsado a adentrarse en este mundo y ahora, lo que comenzó como una distracción para no aburrirse en su casa durante la pandemia, terminó por convertirse en su mayor pasión.
"La música es algo que inventó Dios para hacernos felices a todo el mundo, porque la música es muy bonita", dijo.
En este Día del Padre, lo que más anhela es permanecer a su lado y disfrutar de cada momento juntos, haciendo lo que ambos aman: tocar.
"Tengo muchos recuerdos con mi papá, pero la mayor alegría es estar aquí con él, tocando".