Xalapa | 2024-04-07
Con una carrera que abarca más de tres décadas, Patricia Eugenia Ruiz Rubio, mejor conocida como la "Maga Kenia", ha sido una pionera en el mundo del ilusionismo en Xalapa. Su historia es una de perseverancia, innovación y, sobre todo, de amor por la magia y la alegría que esta trae a grandes y pequeños, desde hace 34 años.
Desde su infancia, influenciada por su padre, el Mago Kórbel, Kenia se sumergió en el arte de lo imposible. Hoy, junto con sus hijos Alexis y Kenia, continúa llevando asombro y sonrisas a su audiencia, una tradición familiar que ha trascendido generaciones.
Kenia no solo se destacó por ser la primera mujer maga en Xalapa sino también por ser la emprendedora detrás del primer negocio que ofreció magia como entretenimiento en fiestas infantiles. Su negocio ha tocado la vida de muchos, quienes ahora, como padres, buscan compartir la misma maravilla que experimentaron en su niñez con sus propios hijos.
Con ello, la Maga Kenia ha visto evolucionar la enseñanza de la magia, pasando de instrucciones escritas a videos que facilitan el aprendizaje de los trucos. Esta evolución refleja su propio viaje de autodidacta a maestra, siempre buscando formas de perfeccionar su arte y compartirlo con otros.
A pesar de los desafíos que enfrentó, incluyendo la lucha contra el cáncer y los obstáculos de ser una mujer en un campo dominado por hombres, Kenia ha perseverado y sunegocio familiar no solo ha sobrevivido sino prosperado, como muchos otros negocios, que se han visto forzados a adaptarse y reinventarse por las dificultades desatadas por la pandemia de Covid 19.
Con planes de expansión y la especialización de sus hijos, la Maga Kenia mira hacia el futuro con optimismo. Su dedicación a la magia es un testimonio de su pasión por el entretenimiento y su compromiso con la felicidad de su audiencia; misma que ahora puede contactarla a través de sus redes sociales como Facebook e Instagram.
La historia de la Maga Kenia es un recordatorio de que la magia no reside solo en los trucos y las ilusiones, sino en la capacidad de transformar la adversidad en alegría y de inspirar asombro en cada espectador, sin importar su edad.