Lucha Libre, violencia aceptada y un espejo de la sociedad

La lucha libre es mucho más que una mera competencia de fuerza y destreza

Xalapa | 2023-09-22

La lucha libre se ha convertido en una expresión de violencia aceptada, donde los límites entre el arte y la realidad se desdibujan. Los luchadores no solo pelean en el cuadrilátero, sino también con el público que los rodea y libran mayores batallas en el ámbito laboral y de género.

No solo los luchadores son actores en este drama. Los espectadores participan y dan voz a sus deseos y frustraciones a través de sus gritos y vítores. 

Eker Jael González Castañeda, estudiante de séptimo semestre de la Facultad de Historia, en Xalapa, se adentró en un estudio sobre el mundo de la lucha libre: desde la violencia física hasta la social, desde los vestidores hasta el cuadrilátero.

González Castañeda desentrañó su investigación titulada "90 años de lucha libre en México. Cultura y violencia desde la primera cuerda 1933-2023". 

EL OTRO ROSTRO DE LA LUCHA LIBRE

 

Para González Castañeda, la lucha libre es mucho más que una mera competencia de fuerza y destreza. Es un reflejo de la sociedad, un microcosmos donde se expresan las tensiones y las luchas que también se libran fuera del ring.

Es un ritual colectivo donde la audiencia se sumerge en una catarsis liberadora. Los gritos y vítores del público son más que meras expresiones de entusiasmo; son una válvula de escape, un viaje temporal que permite olvidar las tensiones de la vida cotidiana.

Su investigación arrojó luz sobre la complejidad de la violencia, tanto física como social, que viven los luchadores no solo en el escenario, sino también en los vestidores y en su vida cotidiana. 

La lucha libre es un territorio donde la lucha por la identidad, el género y la supervivencia se entrelaza con los movimientos acrobáticos y los espectáculos teatrales.

Con su trabajo, Eker Jael pretende poner entre las cuerdas la parte cultural de la lucha libre y, al mismo tiempo, crear un espacio sobre las diversas formas de violencia que viven los actores (luchadores y luchadoras) arriba del cuadrilátero, precisando la violencia física y social que viven no sólo en los vestidores, sino también la de tipo laboral y de género.

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