Xalapa | 2024-07-17
Las leyendas son un patrimonio social de nuestro país y de nuestro estado. Destacan especialmente aquellas que pueden hacerte sentir escalofríos por narrar historias de personajes o seres sobrenaturales muy temidos por la comunidad, y más de una vez pudiste haber estado cerca de ser acechado por uno de ellos.
En la ciudad de Xalapa, capital de Veracruz, hay un gran número de historias y leyendas ocultas entre sus calles y callejones, y hoy te traemos una de las más conocidas que quizá te ponga los pelos de punta.
En aquella época, Plaza Crystal se había convertido en el centro comercial más grande de la ciudad, y el favorito de muchas familias para pasar las tardes de fines de semana; pero pronto los habitantes y automovilistas que rondaban las calles y colonias aledañas comenzaron a reportar la aparición de este extraño ser.
Poco se sabe del origen de la mujer loba, pero hay quienes aseguran que se trataba de una mujer rubia muy hermosa, supuestamente proveniente del sur del estado, que se le conocía por tener dos marcas de colmillos en su cuello.
Aprovechando su belleza, esta mujer seducía a taxistas y automovilistas para que aceptaran subirla a su carro y llevarla a su destino. Hay quienes dicen que verdaderamente era capaz de convertirse en un lobo; otros, que simplemente atacaba a sus víctimas a mordidas en el cuello. Al final, la mujer loba terminaba con la vida del desafortunado que eligiera como víctima cada noche.
Vecinos de Jardines de Jalapa, Sumidero y áreas conocidas en ese entonces como la periferia de la ciudad eran los más aterrorizados en toparse con este ser; un buen día, no se volvió a saber nada de ella, y muchos teorizan que, así como presuntamente llegó a la capital desde municipios del sur, pudo haberse trasladado a otra entidad.
De la identidad de la mujer loba se supo poco o nada durante la época que aterrorizó a los xalapeños. Algunos afirman que se trataba de un nahual; otros, de una simple persona que padecía la condición de licantropía.
La licantropía es un trastorno mental, que hace creer a su portador que se trata de un lobo o canino, llevándole a imitar el comportamiento de los animales. Se sabía que en la periferia de Xalapa en aquellos tiempos habitaban personas con desórdenes mentales, por lo que cabe la posibilidad de que esta leyenda haya surgido de una mujer con dicha condición.