¡Fandanguera de corazón! Maura mantiene vivo el Son Jarocho en Xalapa

Xalapa | 2021-09-03 | Bibiana Varela

Talentosa, entusiasta y fandanguera de corazón, así es Maura González Aragón Aguirre, quien ha encontrado en la danza el motor para alimentar el alma.

Desde muy pequeña, Maura conoció las mieles de la danza, arte que la ha acompañado durante toda su vida, hasta llevarla a convertirse en una de las más prodigiosas bailarinas de fandango de la capital veracruzana.

Sus inicios

Poblana de nacimiento, pero con sangre jarocha. Sus viajes a Tlacotalpan para visitar a su familia y las pintorescas fiestas del pueblo la hicieron amar el mundo de la danza.

"Tenía 11 años cuando decidí aprender fandango. En unas vacaciones fuimos ahí a aprender a bailar y a hacer décimas; también tengo un tío que es decimero...", relató.


Posteriormente incursionó en el ballet, decisión que, aunque la apoyaron, no fue bien aceptada por sus padres, quienes le pedían que estudiara "una carrera normal".

Maura probó en las facultades de Diseño Gráfico, Comunicación y Literatura; sin embargo, el llamado del arte era más fuerte, por lo que decidió desertar y seguir el camino de la danza, que desde hace poco más de 15 años se ha convertido en una de sus razones de vivir.

Una trayectoria prometedora

Aunque Maura comenzó a pisar los escenarios a los 7 años de edad, con la puesta en escena de coreografías escolares, fue hasta los 18 años que dio el gran salto y bailó para cientos de personas, de la mano de una compañía de danza en Puebla.

Ese fue el inicio de una trayectoria prometedora, que poco después la catapultaría a escenarios nacionales, como la Sala Miguel Covarrubias de la UNAM y el Palacio de Bellas Artes, e incluso a países como Portugal, donde colaboró con una compañía de danza.

"He tenido la oportunidad de participar en varias compañías de danza contemporánea, de conocer muchos países", dijo emocionada.

No obstante, reconoció que en ocasiones el ambiente se torna difícil, no solo por la competencia, sino por el machismo que también enfrentan las mujeres en este gremio.

"Se siente bastante la sociedad patriarcal en la que vivimos", reclamó.

"La música es vida"

"La música y la danza me sanan todos los días", señaló Maura. Para ella, el arte es una de las medicinas más efectivas, que además la ha ayudado a reconocer sus raíces y su historia.


Actualmente, da clases de fandango, toca con amigas en las calles y participa en proyectos emergentes de danza contemporánea. Además de pertenecer a ´Ramita de cedro´, un grupo de Son Jarocho con integrantes originarios tanto del estado de Veracruz como de la Ciudad de México.

Sin embargo, no tiene que estar en un escenario para sentirse bailarina. La danza es parte de ella y así será hasta el final de sus días.


"Todos bailamos, aunque no nos demos cuenta... y entre menos cuenta nos damos, más bailamos", Maura/bailarina

 

Piensa rápido

Veracruz: magia

Fandango: amor

Son Jarocho: universo

Danza: movimiento

Música: corazón

.
.