Enmudece Iglesia ante casos de abuso sexual de sacerdotes en Veracruz

Ligan a sacerdotes de Xalapa y Texistepec, Veracruz, en abusos contra menores

Ciudad de México | 2023-09-21

El alto clero de la Iglesia católica en Veracruz permanece enmudecido ante los escándalos que involucran a sacerdotes de Xalapa y Texistepec, en abusos sexuales contra menores de edad, en aras de proteger a los presuntos perpetradores del delito.

En uno de los casos, el sacerdote Carlos C M es señalado de haber violado a un niño de 10 años de edad bajo amenazas y golpes y presunta complicidad de obispos y autoridades civiles.

En el caso del sacerdote denunciado en el sur de Veracruz, la Fiscalía General del Estado mantiene abierta una carpeta de investigación en contra del cura José Miguel "N", de la iglesia San Miguel Arcángel del municipio de Texistepec, señalado de presunto abuso sexual en contra de una menor de edad.

De acuerdo con datos proporcionados por feligreses, el clérigo se dio a la fuga al saber que había sido denunciado por los familiares de la menor de edad que lo asistía en labores eclesiásticas.

Revelaron que un grupo de católicas, al parecer cursillistas, intentó dialogar con la abuela de la niña para persuadirla de no presentar la denuncia penal, pero fracasaron.

Sobre el tema, la Diócesis de San Andrés Tuxtla, a la que pertenece el párroco, ha prolongado su silencio y sólo se supo que trasladó al párroco al seminario mayor.

El sacerdote José Miguel "N" es originario de Acayucan, municipio ubicado a escasos 30 minutos de Texistepec, pero tampoco se encuentra en su domicilio ubicado en la colonia Revolución.

El sacerdote desapareció de Texistepec luego de que los padres de la menor detectaron los mensajes inapropiados en su celular y decidieron denunciarlo.

El caso de Xalapa podría destapar más abusos de sacerdotes en la capital de Veracruz: hay al menos 3 hombres y 2 mujeres que se han acercado a Fernando N, una víctima del sacerdote Carlos C M, para confesarle que también sufrieron abusos y que la Arquidiócesis de Xalapa los ha contactado y presionado para mantenerse en silencio. 

A la edad de 10 años, Fernando, entonces monaguillo, sufrió abusos sexuales del sacerdote Carlos C M, quien bajo amenazas y golpes, presumió su influencia dentro de la Iglesia Católica, su cercanía con el arzobispo Hipólito Reyes Larios, gracias al Colegio de Consultores, y su impunidad por tener también contactos en el ámbito civil.

Cuando Fernando intentó denunciar ante la Iglesia -aún siendo niño- y acudió a confesarse con otro religioso, éste lo reprendió, encubrió al presunto depredador sexual y ordenó al menor que rezara a dios para que lo perdonara. 

El niño, según el sacerdote de la Arquidiócesis de Xalapa, era el culpable de sufrir abusos sexuales.

Sin embargo, en este caso recientemente el Juzgado Cuarto de Primera Instancia, en el juicio ordinario civil 313/2022, dictaminó que el presbítero y la Iglesia deben pagar una cantidad de dinero que será determinada por peritos en psicología en materia socioeconómica y en materia de trabajo.

Esta decisión fue emitida en enero del año en curso y subrayó la necesidad de que la compensación sea apropiada y proporcional, considerando la gravedad de la afectación tanto física como mental.

La Conferencia Episcopal Mexicana instruyó al presbítero José Manuel Suazo para que actuara ante el delito cometido, pero hasta la fecha no se ha cumplido con la reparación del daño ordenada por un juez.

PROCESO LEGAL SIGUE SU CURSO

 

No obstante, según la víctima, el presbítero José Manuel Suazo ha incumplido con la reparación del daño ordenada por un juez. 

Pese a que en un primer momento le reconocieron que el propio sacerdote Carlos C M había admitido la violación de Fernando, que denunciara cayera quien cayera, pues era la orden del Papa Francisco, con la protección del alto clero se impugnó el resolutivo. 

No sólo se negaron a cumplir la reparación del daño a la que se habían comprometido originalmente, sino que en entrevistas con medios locales desvirtuaron el caso: el vocero en Xalapa anunció que ya era caso casi cerrado a favor de la Iglesia, por falta de pruebas, y a la par en comunidades se corrió la versión de que la víctima de abusos era un extorsionador enviado por el demonio para ´lastimar' a la comunidad.

Personas allegadas al proceso legal, aseguraron que el caso, contrario a lo que afirma el vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, no es caso cerrado y que lleva su cauce legal. 

Se busca también que El Vaticano tome cartas sobre el proceder del alto clero en Veracruz para encubrir abusos sexuales de niños. 

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