Xalapa | 2022-12-11
ESPECIAL || Lo que no pudieron lograr los colonos que protestaban ante autoridades municipales, lo consiguieron los cobros de piso del crimen y su violencia: casi desaparecer la vida de los giros negros en Xalapa y la actividad económica que se derivaba de ellos.
De esta vida nocturna dependían muchas familias por la fuente laboral de los antros: trabajaban decenas de meseros y cadeneros, así como taxistas, vendedores de comida y botanas. Todos ellos llevaban el sustento a sus casas.
El caso más emblemático de violencia en los antros de la capital de Veracruz ocurrió en mayo del 2016, cuando sicarios atacaron el antro Madame, con saldo de cinco muertos (cuatro en el lugar de los hechos y uno en el hospital) y 13 personas lesionadas.
Desde el 2007, el Gobierno Federal advirtió que a nivel nacional los giros negros servían no sólo para distribuir droga. En muchos casos, advertían las autoridades, se convirtieron en un centro de operación criminal desde donde articula el hampa local con la mecánica criminal de narcotráfico, además de que en estos lugares se cobra derecho de piso o extorsión.
Con el inicio del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, quien no pudo controlar la seguridad en la capital del estado, comenzaron las constantes balaceras y ataques a comercios por parte del crimen.
La avenida Lázaro Cárdenas y las calles circunvecinas eran la zona de tolerancia de Xalapa, el corazón de la vida nocturna.
La zona no pasaba de hechos como una riña de ebrios y los protagonistas eran, a menudo, detenidos por la desaparecida policía Intermunicipal.
Sin embargo, a inicios del 2010, los escándalos por riña de ebrios pasaron a balaceras, atentados a negocios de comerciantes, disputa entre grupos delictivos con presencia nacional, quienes implementaron el cobro de piso.
Ya desde el 2012 las balaceras, levantones, secuestros y asesinatos fueron constantes, aunado con las quemas de negocios y de taxis con todo y su conductor.
Luego pasó a los atentados a los bares que enlutó a familias, comenzando a bajar la afluencia de parroquianos en esos giros negros, que los llevó al cierre total.
En los últimos meses de 2017, una madrugada un grupo de hombres armados irrumpió en las instalaciones del bar Ladies. Empleados y parroquianos fueron golpeados, dejando a varios de ellos lesionados.
Sin motivo alguno atacaron a los presentes que se encontraba en esos momentos en el lugar ingiriendo bebidas.
Una vez cometida la agresión, los hombres salieron y huyeron en vehículos.
Músicos de antros o bares como "El Desván", "Madame" fueron interceptados en su lugar de trabajo y despojados de sus instrumentos, dinero y hasta amenazados de muerte. En casos de levantones, músicos y hasta meseros fueron encajuelados y abandonados en carreteras o parajes alejados, en la zona de Pacho Viejo, Briones, El Castillo y Las Trancas.
Los giros nocturnos poco a poco se fueron apagando en Xalapa. Para no ir muy lejos, en 2021, en plena pandemia, pasadas las 11:30 de la noche, el table dance Black Cat For Men, centro de espectáculos privados de bailarinas exóticas, fue atacado a balazos. El sitio se mantenía abierto al público pese a la pandemia.
Al menos 11 casquillos de balas sobre la carpeta asfáltica fueron levantados por peritos del Ministerio Público local.
A la par, cientos de taxistas, comerciantes de comida y botanas también vieron mermados sus ingresos. La pandemia, la crisis de seguridad y economía, más los cobros de piso hicieron que Xalapa dejara de ser la "ciudad que no duerme, porque está de fiesta". El crimen impuso su ley y la llamada zona roja se convirtió en 'fantasma'.