Veracruz | 2021-09-29 | Cristian Pulido
A diferencia de don Domingo, este hombre, don Leo, sí impone con sólo verlo, su rostro es de rudeza e inspira cierto temor, y es que se le calcula un metro con 85 cm de estatura, un verdadero tronco. Camina rengueando la pierna derecha y su mirada normalmente va clavada en el pavimento.
Ya tiene años en condición de calle, quienes lo distinguen e identifican como parte del panorama urbano aseguran que fácil tiene desde el 2016 viviendo así, en aquel entonces su área de movilidad y de siestas a cualquier hora era el parque Ciriaco Vázquez, pero para entonces no estaba solo.
Su padre, quien era de la misma estatura y muy parecido a él lo acompañaba, los dos vivían y dormían en la calle, aunque antes pernoctaban en un edificio viejo y olvidado de la calle Miguel Lerdo, a un lado del parque. Constantemente la policía o los marinos los apercibían pues causaban desmanes y el padre, quien ya tenía problemas mentales, faltaba el respeto a las mujeres que transitaban por ahí.
“Pie Grande” como también lo identifican, llegó a jalar bolsas de damas e incluso una vez se los llevaron a los separos por golpear a mujeres y jovencitos, a pesar de la condición de calle y del deterioro mental, Don Leo cuidaba a su padre hasta que el progenitor murió.
Ayer y hoy
“Lagarto parado” como también le llaman a Don Leo se mueve ahora aproximadamente entre las calles de Zaragoza a Hidalgo y se le ha visto desde Canal hasta Emparan, de repente, se le suele ver durmiendo en la fresca sombra del tule del Ciriaco Vázquez, pero ya muy poco va para allá.
Actualmente ha hecho de la calle Esteban Mortales entre 5 de Mayo e Independencia su territorio, ahí duerme, ahí come, la banqueta de la escuela primaria “José Miguel Macías” es su “cama” normalmente, pero como si padeciera narcolepsia, se duerme donde le agarre el sueño.
Imagen del Golfo lo encontró durmiendo profundamente en la banqueta de Esteban Morales casi esquina Independencia, hoy su deterioro mental es mayor según dicen los comerciantes que lo ven todos los días, “es tranquilo pero no lo veas feo o no le digas nada porque se detona, es muy irritable, como está mal cree que se quieren meter con él”, dice Anselmo trabajador de esos rumbos.
Sorpresa
Aunque no lo crean, Don Leo, tiene familia y ésta sabe bien donde está él, pero él prefiere la calle y es que aseguran, él fue trabajador petrolero y cada mes, llega al domicilio de su familia una muy buena cantidad de dinero bajo el concepto de jubilación.
“Su familia cobra 30 mil pesos mensuales de pensión de él, ahí donde lo ves, él no podría estar así, pero pues es lo que él quiere y aquellos no les importa”, cuenta otro comerciante que día con día vende en la calle donde pernocta Don Leo.
Su hedor por su falta de higiene es emético y cuando se alcoholiza que es raro, hace asquerosidades, así nos cuentan varios comerciantes de la calle Esteban Morales que ya no saben que hacer con él pues las autoridades no pueden hacer nada. Don Leo al igual que don Domingo, al parecer también es inmune al Covid y todas sus cepas.