Veracruz | 2023-05-28
Edel Álvarez Peña se sacó la Lotería con el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz porque no necesitó mucho tiempo, apenas un mes y medio, para hacer sus negocios mediante contratos como caídos del cielo, con empresas entre las que había fantasmas y otros entes invisibles e inaudibles, ni siquiera de Veracruz ni en Veracruz, pero bien terrenales porque cobraron la pequeña cantidad de 350 millones de pesos por hacer lo mismo que el personal de intendencia, pero a costo de primer mundo.
El caso es que hasta las vincularon con la famosa Estafa Maestra. Y no sólo a sus socios.
Álvarez Peña manipuló la Ley de Adquisiciones a modo, para cometer irregularidades con las licitaciones en el Poder Judicial del Estado, que le generaron jugosos dividendos de más de 8 dígitos y sin tener consecuencias legales hasta ahora.
Las licitaciones directas dejaron de ser la excepción para acercarse a la regla.
Y nadie vio ni oyó nada. Ni siquiera cuando se fueron los gobiernos priistas.
El uso de medios de comunicación le sirvió y mucho a Edel Álvarez para continuar en las mieles del poder y lograr impunidad en gobierno tras gobierno, hasta la administración de Javier Duarte de Ochoa e incluso después, ya que todavía en el duartismo logró colarse como magistrado del Tribunal Superior de Justicia por una década.
Lo fantasmagórico se puso de moda en el 2017, con empresas volátiles como Proveedora OX, Maracaibo, Aquacaribe, Unimontaño, Itzáes, Gran Groma, Globaltek, Garanuk, Praka Pacífico; y en el 2018 con Eiram, Lemre de la Costa, RJ Diseño y People Lear World, por mencionar sólo algunas.
Uno de los capitulo más recientes en la historia de Edel Álvarez ha sido el de las Ciudades Judiciales, para lo cual se asignó un contrato por 5 mil 916 millones de pesos para construir 21 Ciudades Judiciales a un consorcio liderado por la familia Ruiz Anitúa, a la que a la postre relacionarían con los famosos Panama Papers.
Tiempo después el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz anunció la cancelación de lo que quedaba del proyecto.
No obstante, en el año 2019, ya en el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, salieron a relucir contratos de dudosa veracidad, disolución de las supuestas empresas beneficiadas.
Curiosamente, hasta ahora no se ha hablado de sanciones para nadie.
Y eso que las sociedades en las que aparecen nombres y apellidos misteriosos y a veces inexistentes, como Faundón, la que en 2017 Álvarez Peña pagó hasta 754 mil pesos en el 2018.
A ella se sumó Índigo Assistence, creadas en el año 2015 en Isla Mujeres, Quintana Roo, que tenían socios en Jalisco.
La lista es muy larga y se requerirían muchas páginas para detallar sus operaciones, pero el hecho es que la simulación y el engaño le han caído muy bien a Edel Álvarez Peña, a quien los relevos sexenales no le afectan en lo absoluto.
Con información de Proceso / AVC