Desafío de enseñanza en escuelas rurales

Veracruz | 2021-11-17 | Josefina Lugo

Con el sistema híbrido que las escuelas han adoptado, ante la amenaza de la pandemia por Covid-19, los maestros han visto incrementado su horario de atención a los alumnos y padres de familia, así como los gastos del servicio de Internet y datos de sus teléfonos móviles, pero además deben de ponerse la capa de súper héroes y batallar con muchas  situaciones adversas que afectan a los alumnos, la parte emocional, el entorno familiar, la economía de cada hogar, la falta de acceso a Internet y las carencias tecnológicas, aspectos que se recrudecen en las escuelas públicas de las zonas rurales.

Juanita Martínez Barradas, maestra de sexto grado en la escuela Antonio Barbosa, en Jamapa, Veracruz, diariamente llega puntual a las 8 de la mañana para empezar su clase presencial con solo dos alumnos, una niña y un niño, al resto del grupo lo educa a distancia.

Carencias

“Los alumnos, que sus padres no permiten que asistan al plantel por temor a la pandemia, están a distancia”, confirmó.

Calificó como muy difícil para ella esta nueva modalidad no solo por las herramientas que se tuvieron que implementar, también por el entorno de los estudiantes.

“Sobre todo por el contexto que presentan los alumnos, no es tanto de nosotros, sino de los estudiantes, por las carencias que padecen, pues muchos no tienen acceso a Internet, entonces sí se nos dificulta llevar una clase en línea, utilizando las herramientas básicas como zoom o cualquier otra, pero gracias a los padres por el apoyo y esfuerzo, poco a poco se va logrando”, detalló.

Indicó que por el momento se están enfocando en matemáticas y lectura, por lo que es un poco más sencillo, pero más adelante, trabajarán con PDF´s, de acuerdo a las materias que les toquen, pues intentan que sea lo más apegado a la normalidad.

“Las clases a distancia definitivamente les afectan en lo emocional a los niños, también a los padres, por todo lo que conlleva para ellos, los que trabajan, los que tienen otros hijos”, aclaró.

Reconoció que cada maestro tiene que ver cómo lleva a cabo las actividades diarias, y eso incluye los gastos que se generen.

“Cada maestro paga su Internet, y hace uso de su teléfono celular para dar las clases, el gasto también se les incrementa a los padres pues tiene que tener activos sus datos”, admitió.

Trabajo extenuante

A pesar de tener a la mayoría de los alumnos a distancia, los maestros tienen que llegar al plantel para atender a los alumnos de forma presencial y solventar los gastos de telefonía y transporte.

“Los vídeos que uso con los chicos, los descargo yo y se los envío, para que no se les agoten los datos tan pronto”, señaló.

Las horas de atención también se elevaron, pues está disponible desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche para aclarar dudas de los alumnos y padres de familia que trabajan, pues a esa hora les envían las tareas.

Maestra Maricruz

Aunque para Maricruz Domínguez Vázquez, maestra de cuarto grado de la misma escuela, la situación es un poco distinta, pues de su grupo de 34 niños, casi la mitad del salón decidió tomar las clases de forma presencial.

“Tengo a 16 niños, divididos en dos grupos, el primer grupo acude lunes y martes, el segundo miércoles y jueves. Se trabaja de esa manera  porque tenemos clases de Educación Física, y para poder impartirles esta actividad a los niños se dividió en dos grupos.

Son 18 niños que estudian a distancia y les envía las mismas actividades que los alumnos realizan en el salón de clases, quienes tienen perfectamente señalado en el piso el área que deben de ocupar, para mantener la sana distancia.

“Tomo mucho en cuenta la situación familiar en la que vive cada niño, entonces tengo que adaptarme a esas circunstancias, niños que, por ejemplo, no tienen servicio de Internet, a ellos les envío las actividades, los señores vienen a recoger el material y una semana después regresan con las tareas y trabajos resueltos”,  confesó.

Aceptó que el contexto en el que se encuentra dificulta mucho dar su clase virtual.

“La manera en la que podemos conectarnos con ellos es vía Whatsapp, pero en las familias no hay un alumno, hay más niños y no pueden usar los dos el teléfono al mismo tiempo, otra problemática es que los padres trabajan y el celular se lo llevan, los niños no tienen  la disponibilidad del aparato”, expuso.

Las maestras coincidieron que anímica y académicamente se nota mucha diferencia entre un niño que acude de forma presencial a tomar las clases a uno que lo hace a distancia y peor aún, en los pequeños que no cuentan con los aparatos tecnológicos para seguir virtualmente el aprendizaje, sin embargo las profesoras hacen hasta lo imposible por seguir adelante con la enseñanza porque la educación no se puede parar.