Ciudad de México | 2024-01-11
Veracruz, uno de los estados más afectados por la violencia contra periodistas en México, enfrenta un preocupante panorama, según el reciente estudio presentado por la organización Artículo 19.
La tríada de responsables, compuesta por el crimen organizado, servidores públicos y actores privados, ha sido identificada como la fuente de ataques y asesinatos dirigidos a profesionales de la prensa en la región.
Siete de las 17 víctimas de la prensa en Veracruz sufrieron decapitación y desmembramiento, de acuerdo con el estudio de Artículo 19 que abarca los años 2010-2016.
De hecho, en las modalidades de ejecución (privación de la vida) dos son las más recurrentes: el 41% fue descuartizado y decapitado y el 35% ejecutado con arma de fuego.
La mayoría de las personas asesinadas (el 65%) fueron previamente desaparecidas y luego, horas o días después, asesinadas. Algunas víctimas fueron asesinadas prácticamente en el mismo momento en que tuvieron contacto sus agresores.
En todos los casos dados a conocer existen indicios de tortura.
El 88% de los cuerpos de las víctimas fueron expuestos en vía pública o bien dejados en lugares visibles. Así, de los 17 periodistas asesinados, sólo dos fueron enterrados o depositados en lugares no visibles (fosas comunes, en casas de seguridad).
De acuerdo con un análisis de los comunicados de la fiscalía, cita el informe, y las confesiones de los detenidos, se pudo contabilizar que cerca del 75% de las personas señaladas y/o detenidas eran presuntos miembros del crimen organizado -según la fiscalía o los propios confesos-.
De estos, la mayoría pertenecía presuntamente a Los Zetas, otros al CJNG y en el resto no se detalla cartel específico.
Titulado "Veracruz de los silencios", el informe analiza el periodo entre 2010 y 2016, un lapso marcado por el mayor número de periodistas asesinados en México.
El informe se sustentó en una extensa investigación que abarcó más de 350 fuentes documentales y más de 30 fuentes vivas.
Durante estos años, Javier Duarte ostentaba la posición de gobernador de Veracruz y, en la actualidad, cumple condena por corrupción y desaparición forzada.
La investigación se centró en tres momentos clave: la desaparición de periodistas, sus fallecimientos y el hallazgo de sus cuerpos.
Al respecto, se revela que el 65% de los periodistas desaparecieron en lugares públicos, siendo el 75% de ellos víctimas de amenazas recientes.
De manera alarmante, todas las desapariciones ocurrieron como resultado de agresiones grupales perpetradas por comandos.
La organización Artículo 19 destacó la presencia constante de responsables del crimen organizado, pero también señaló la participación de actores y autores en los sectores público y privado.
En cuanto a los cuerpos de los periodistas asesinados, el 88% de ellos fueron expuestos en la vía pública, concentrándose los casos en ciudades como Boca del Río, Xalapa, Poza Rica, Tierra Blanca y Veracruz.
Aunque se realizaron detenciones en 15 de los 20 casos analizados, el informe destaca que en 11 de estas detenciones, los sospechosos confesaron bajo tortura.
Un caso que estremeció a los reporteros en Xalapa, igual que el de Regina Martínez y Rubén Espinosa, fue recordado: el de Víctor Manuel Báez Chino, quien fue secuestrado por hombres armados sin uniforme a bordo de una camioneta gris, a las 23:30 cuando junto a otros colegas salía de la sede de ReporterosPoliciacos.com en la calle Chapultepec, en Xalapa.
A Víctor Manuel Báez Chino le desaparecieron computadoras y libretas. Una fuente viva señaló a la organización que el material fue llevado por unos colegas de Reporteros Policíacos, quienes tenían llave del dicho hogar de la víctima; y podrían haber buscado custodiar el material por seguridad (propia, del medio, del proyecto, de las fuentes, de otros colegas o incluso de parientes de las víctimas), según Artículo 19.
Para más detalles: Dos víctimas fueron asfixiadas: una fue "ahogada con una jerga del baño", golpeada, con mandíbula quebrada; la segunda, tuvo asfixia mecánica y otros signos de tortura.
Seis periodistas recibieron impactos con armas de fuego. Uno fue asesinado de un disparo en la cabeza a las afueras de la oficina de tránsito; otro recibió varios disparos (entre 8 y 11 balas, no hay certeza de cuántos le dieron) que le provocaron la muerte pocos minutos después. Y en una escena de multihomicidio hubo 33 disparos sobre 3 cuerpos. Otros dos periodistas recibieron disparos (4 y 1, respectivamente) y en sus cuerpos también había signos de torturas.
Siete de las 17 víctimas sufrieron decapitación y desmembramiento. Entre ellos, los cuerpos de dos fueron sometidos a otros tormentos: uno fue decapitado, mutilado y descuartizado, el otro fue decapitado como forma de muerte.
De otras dos víctimas solo se conoce que una recibió un golpe en la cabeza y la segunda fue encontrada atropellada, con múltiples lesiones y los ojos vendados.
Por otro lado, hay otra constante: de los 17 homicidios, solo en 4 casos la muerte fue producida prácticamente en un solo momento.
A pesar de la rigurosidad del estudio, Artículo 19 reconoció un notable silencio en algunas fuentes, especialmente provenientes del gobierno y de los propios medios de comunicación.