Xalapa | 2024-01-13
Veracruz, a lo largo de sus carreteras, se ha convertido en escenario recurrente de asaltos millonarios dirigidos a pipas cargadas de combustible, desencadenando pérdidas sustanciales para el sector gasolinero.
Este fenómeno, orquestado por el crimen organizado, plantea una seria amenaza económica para los permisionarios, quienes enfrentan una vulnerabilidad extrema ante esta práctica delictiva.
El sector gasolinero enfrenta pérdidas considerables, superando medio millón de pesos en cada asalto a las pipas cargadas con combustible, según alerta la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo).
La región de La Esperanza y Veracruz se distingue por operaciones particulares, como enterrar las pipas robadas para resguardar el combustible sustraído a Pemex.
Roberto Díaz de León, expresidente de Onexpo, reveló a prensa nacional que cada pipa transporta alrededor de 20 mil litros de combustible, con un valor de mercado cercano a los 500 mil pesos.
A diferencia de otros sectores, los gasolineros enfrentan dificultades para asegurar sus mercancías debido al aumento en los costos, lo que haría inviable su negocio.
La pérdida del combustible se convierte en una carga asumida totalmente por los permisionarios.
Díaz de León enfatiza que el combustible robado a particulares se comercializa abiertamente en el mercado negro, destacando que los delincuentes han evolucionado en sus prácticas, utilizando letreros de LED en lugar de métodos tradicionales como mecheros.
Luis Enrique Villatoro, director de Seguridad e Inteligencia de la Cadena de Suministro de Overhaul, señala que el robo de pipas ocurre a nivel nacional, concentrándose principalmente en Hidalgo, San Luis Potosí, Durango, Nuevo León, Estado de México, Puebla y Veracruz, áreas con alta demanda y donde se ordeñan ductos.
En la región de La Esperanza y en Veracruz, los grupos delictivos entierran las pipas robadas para resguardar el combustible sustraído a Pemex, creando una operación particular en esa zona entre Veracruz y Puebla.
Aunque muchas pipas cuentan con GPS y elementos de custodia, los robos en carreteras han experimentado un aumento significativo, llevando a los transportistas a buscar rutas alternas y evitar las zonas más peligrosas.