Ciudad de México | 2023-10-21
Miguel Ángel Treviño Morales, alias el Z-40, quien por algún tiempo fuera jefe de plaza en el estado de Veracruz de Los Zetas antes de convertirse en líder máximo del cártel, era un ´adicto´ del asesinato. Lo disfrutaba, reveló José María Guízar Valencia, El Z-43, uno de sus ex operadores de confianza en Veracruz y Guatemala, quien rindió declaración ante las autoridades estadounidenses.
El Z-40 destacaba por la brutalidad con la que mataba a sus rivales, a tal grado que sus propios hombres temían ser castigados por su jefe.
´Yo siempre estaba con el 40, en el mismo camión´, dijo Guízar Valencia durante una audiencia en Plano, Texas, en agosto de 2021, donde testificó en contra de un ex proveedor de armas de fuego: Hugo César Román Chavarría.
Guízar Valencia fue de tanta confianza para los líderes de Los Zetas que incluso estuvo en los campos de entrenamiento, y se adiestró en habilidades militares junto a Heriberto Lazcano y los hermanos Treviño Morales.
Recientemente, José María Guízar Valencia pactó un acuerdo de culpabilidad el pasado mes de septiembre y reveló a qué grado llegaba su ex jefe, quien con frecuencia visitaba Xalapa, Tuxpan y Veracruz, ligado a personajes de la política, empresarios y fuerzas policiales.
Gracias al acuerdo de colaboración de Guízar Valencia, la DEA conoce cada detalle de las operaciones de Los Zetas durante su apogeo en la primera década de los años 2000, así como lo sanguinarios que llegaron a ser sus líderes.
El ex jefe de Los Zetas en Veracruz y Guatemala mencionó el caso de una joven de 18 años que salía con un sicario del cártel y que al mismo tiempo salía con un soldado. Cuando el Z-40 se enteró, la secuestró a ella y a su madre.
´La llevaron a Allende, Coahuila, de donde eran estas personas. Se la llevaron detrás de un hotel y le quitaron la nariz. Primero asesinaron a su madre frente a ella porque estaba dando información a los soldados de los movimientos de Los Zetas. Le volaron la nariz con una MP5. Después la golpearon en los oídos. La golpearon en el rostro, en sus mejillas. Y la joven rogaba para que la mataran porque estaba sufriendo. Y gritaba de dolor´, señala parte de la declaración.
Eso no es todo: el Z-40 también ordenó asesinar a su propia suegra porque la mujer les pidió a sus nietos no subir al mismo vehículo de su padre por temor a que les sucediera algo malo.
El líder zeta enardeció y engañó a su esposa, haciéndole creer que policías mexicanos habían matado a su madre, cuando en realidad él la mandó matar, reveló el Z-43.
En la actualidad, Miguel Ángel Treviño se encuentra en una prisión de máxima seguridad en México librando una batalla legal para evitar su extradición.
Autoridades de Estados Unidos continúan recopilando pruebas en su contra.