Infancia, a merced del narco: Coatza y Veracruz, con más niños asegurados por Marina

Ciudad de México | 2021-07-09 | Luis Ferrer

Infancia, a merced del narco: Coatza y Veracruz, con más niños asegurados por Marina

En Veracruz, niños de 11 años adiestrados por el narco inician su ‘carrera delictiva’ y a los 12 años asesinan, torturan, descuartizan, venden droga, cuidan casas de seguridad, ‘halconean’ y hasta llegan a ser jefes de célula antes de cumplir 18 años. De acuerdo con Saskia Niño de Rivera, directora de Reinserta, fundación que busca reformar el sistema penitenciario del país y ofrecer oportunidades para las personas que salen de prisión, niños que han sido reclutados por las filas del narco ‘escalan muy rápido. No hemos visto, por ejemplo, que duren varios años siendo halcones. La delincuencia organizada ha visto el área de oportunidad en el entrenamiento de estos menores. Pero así como escalan rápido, los terminan matando rápido’.


No todo es reclutamiento forzado. También hay hambre, violencia extrema en casa, falta de oportunidades educativas y recreativas, desigualdad social.

Los casos de asegurados con más corta edad se reportaron en Veracruz Puerto y Xalapa, con 11 y 12 años, respectivamente, en el 2019 y 2012.


A partir del 2009 a la fecha, 34 menores de edad han sido asegurados en flagrancia en Veracruz. Del 2000 al 2008, la Marina no registró ningún aseguramiento de niños por presuntos nexos con el crimen organizado o actividades delictivas. Esto cambió, en gran medida, tras las cruentas ‘guerras’ por territorios de las organizaciones criminales.

Tan sólo del 2009 a la 2020 en Coatzacoalcos han sido asegurados 12 niños y en Veracruz Puerto 10 menores. Sin embargo, sólo es un subregistro, un indicio del peligro que enfrenta la infancia en Veracruz a manos del crimen. Muy atrás, Medellín (2013) y Tuxpan (2014 y 2019) registran 2 casos de niños asegurados por la Marina.

Diez municipios del estado concentran el aseguramiento de niños: Coatzacoalcos, Veracruz; Xalapa; Ixtaczoquitlán; Medellín de Bravo; Poza Rica; Jáltipan de Morelos; Minatitlán; Tuxpan y Naranjos.

La tragedia se multiplica: en el país, entre 35 mil y 45 mil niños, niñas y adolescentes son aprehendidos y explotados por los grupos criminales de México, estima la organización Reinserta.


UN SICARIO EN CADA HIJO TE DIO... 

A partir de seis historias de vida contenidas en el libro ‘Un sicario en cada hijo te dio’ (Aguilar, 2020), Saskia Niño de Rivera, Mercedes Castañeda, Fernanda Dorantes y Mercedes Llamas Palomar revelaron historias de niñas, niños y adolescentes en manos de la delincuencia organizada.


Por ejemplo narra el caso de Damián, un menor que no sabía su edad ni el día de su cumpleaños. Su mamá tuvo 17 hijos con parejas distintas. A Damián lo golpeaba por cualquier motivo, con cables, escobas, cinturones, chanclas. Un día su madre vendió o regaló sus hijos a una señora que se dedicaba a explotar niños.

Damián y uno de sus hermanos mayores huyeron. Vendedores los llevaron a una ciudad del norte. A su hermano lo mataron en una calle. Damián comenzó a vivir en un basurero. ‘Comía lo que encontraba tirado en la calle y así fui haciendo mi vida, yo solito’.


A los nueve años se drogó por primera vez. De la marihuana pasó al cristal, las pastillas, la cocaína. Las drogas lo ayudaban a no pasar hambre. Con amigos que había conocido en la calle comenzó a robar casas. Más tarde se asoció con unos roba niños. Mientras sus socios noqueaban a la madre o al padre en algún parque, Damián tomaba a los pequeños en brazos y corría hasta el auto que los esperaba con los traficantes de niños, que prensa y autoridades han contribuido a ocultar.

Sus jefes le dijeron que iban a calarlo y le encargaron matar a un contra: ‘Le tienes que dar todos los balazos en la cabeza. Si no le pegas en la cabeza el leñazo te lo voy a dar yo’, amenazaron.


Lo usaron para matar y secuestrar, para disolver cuerpos en las ‘cocinas’ del cártel, y para torturar rivales. ‘Las personas se ponían a llorar y me pedían perdón. Yo les decía: ¿A mí por qué me pides perdón? ¿A poco el día que ustedes me agarren me van a perdonar?’. También les decía a los torturados que cuando se fueran con Dios, le dijeran que no fuera a castigarlo tan fuerte por todo lo que había hecho…