Perote | 2023-10-20
Enclavada en Perote, la Fortaleza de San Carlos fue construida por encargo del Marqués de Cruillas, Joaquín de Monserrat, 44º Virrey de la Nueva España, marcando así el inicio de una edificación imponente que se erige como una de las cuatro fortalezas estratégicas del virreinato.
El 20 de octubre de 1770 es una fecha emblemática, pues ese día arrancó su construcción.
El proyecto de la fortaleza cobró vida entre 1770 y 1777 bajo la maestría del ingeniero Manuel Santiesteban.
Su misión, clara y crucial, era servir como baluarte para almacenar alimentos y armas destinados a auxiliar tanto a Ciudad de México como al estratégico puerto de Veracruz.
La Fortaleza de San Carlos en Perote, junto con sus contrapartes San Juan de Ulúa, Acapulco y San Blas, se erigía como una pieza clave en la defensa y logística del virreinato.
Con cuatro robustos baluartes bautizados como San Carlos, San Antonio, San Julián y San José, la fortaleza se erige como una maravilla arquitectónica de piedra.
Sus muros, bastiones, cañoneros, almenas y fosos cuentan la historia de una ingeniería que resistió el paso implacable del tiempo.
Sobre la puerta principal, una inscripción fechada en diciembre de 1776 testimonia la culminación del monumental proyecto bajo el reinado de Carlos III y el gobierno del Virrey Marqués de Croix.
«Se comenzó este real fuerte en 20 de octubre de 1770 reynando nuestro católico monarca el señor don Carlos III, sido Virrey de Nueva España el Exmo. Señor Marquez de Croix e Ingeniero Director el brigadier don Manuel de Santiesteban... Se concluyó el 31 de diciembre de 1776, gobernando este reyno, el Exmo. Señor Bº. Fr. don Antonio María de Bucareli y Ursua».
A lo largo de los años, la Fortaleza de San Carlos no solo fue testigo, sino también protagonista de capítulos fascinantes de la historia mexicana.
Fue visitada por Humboldt (1804) y por Maximiliano (1865).
Sirvió como la primera sede del H. Colegio Militar en 1823 y, posteriormente, como la prisión de figuras destacadas como el general Echávarri y el poeta Manuel M. Flores en 1826.
La muerte de Guadalupe Victoria en sus confines el 21 de marzo de 1843 se añade a su historia.
La fortaleza fue invadida y ocupada en distintos momentos de la historia, desde los Estados Unidos en 1847 hasta los franceses en 1862. Durante el asedio de 1858, el General Trejo y sus 400 hombres resistieron valientemente durante seis meses frente a las fuerzas conservadoras de García Echegaray, en un episodio que añade una página más a su legado de resistencia.
La Fortaleza de San Carlos ha sido más que una estructura de piedra. A lo largo de los años, ha experimentado diversas transformaciones, desde ser un campo militar, una escuela y una prisión para destacadas figuras como Antonio López de Santa Anna en 1845.
Su versatilidad la llevó a ser refugio para españoles durante la Guerra Civil, campo de concentración para alemanes en la Segunda Guerra Mundial y, en tiempos más recientes, un escenario cinematográfico.
En las postrimerías del siglo XX, la fortaleza se reinventó como la Prisión Central del Estado, agregando un nuevo capítulo a su rica historia.
A través de los siglos, la Fortaleza de San Carlos, en Perote, ha demostrado no solo ser una construcción imponente, sino también un testamento de varias luchas y resistencia en la historia de México.