Ciudad de México | 2023-10-26
El Xantolo, festividad ancestral que rinde homenaje a los seres queridos que han partido, cobra vida con una explosión de danzas, música y alabanzas en la región de la Huasteca mexicana.
Extendida por estados como San Luis Potosí, Hidalgo, Querétaro, Veracruz y Tamaulipas, esta celebración se entrelaza con la transición del ciclo anual del maíz, desplegando altares, danzas y ofrendas desde finales de octubre hasta el 2 de noviembre, adaptándose con matices locales.
En esta celebración vibrante, la gastronomía se erige como protagonista, ofreciendo platillos tradicionales que capturan la esencia de la Huasteca en el Xantolo.
Este tamal colosal de origen prehispánico presenta una masa de maíz martajada, manteca, y una salsa elaborada con diversos chiles y especias. Puede contener carne de cerdo, pollo o guajolote, todo envuelto en hojas de plátano y cocido en horno de leña o texcal.
Gorditas de masa de maíz combinada con sal y manteca, cocinadas en comal y rellenas de picadillo, chorizo, papas, rajas, frijoles, nopalitos, chicharrón o huevo. Los ingredientes varían según la región.
Un tamal gigante también conocido como tlapache, considerado sagrado y reservado para celebraciones como el Xantolo. Antiguamente asociado a la siembra del maíz, se consume con café o aguardiente.
Imprescindibles en las festividades de Xantolo, los atoles, preparados con masa en agua o leche, ofrecen una variedad de sabores que reflejan la diversidad de la región.
Elemento esencial en los altares y para compartir, este pan elaborado con harina de trigo, huevo y levadura, mantiene la esencia tradicional con una presentación similar a la del centro del país.
El Xantolo, con su amalgama de rituales y sabores, no solo honra a los difuntos sino que también celebra la identidad y la riqueza cultural de la Huasteca, destacando la importancia de preservar estas tradiciones culinarias que unen el pasado y el presente.