México | 2024-07-04
La selección mexicana no atraviesa su mejor momento. Desde su caída prematura en el Mundial de Qatar (2022), solo ha dejado sensaciones medianamente buenas en la Copa Oro 2023, en la cual logró ganar el campeonato.
Para México, intentar ganar la Copa América es un verdadero desafío, tal cual como completar los 255 niveles del Pacman original o llevarse el premio mayor de Sweet Bonanza, una excelente tragamonedas 6x5 que paga donde sea y tiene una atractiva ganancia máxima de 3000x.
Pero más allá de eso, la sensación general es de debilidad. Parece que ante una selección de gran nivel, como pasó con Uruguay y Brasil recientemente en amistosos, en cualquier momento su poco juego se va a terminar diluyendo.
Esto hace que cualquier aficionado se pregunte, ¿qué tan lejos puede llegar el combinado mexicano en la próxima Copa América que se celebrará en Estados Unidos?, ¿es posible pensar en ganarla? Descubre las respuestas a estas interrogantes en las siguientes líneas:
Estados Unidos 2026 como la primera fecha de corte para evaluar el trabajo realizado.
En este sentido, la Copa América 2024 y la Copa Oro 2025 no serán decisivas. ¿Oportunidad para mostrar el progreso? Sí, pero desde el punto de vista de la federación, México no tiene obligación de ir tras un título.
Por ello, es sumamente complicado pensar que este proyecto va a ir este año con el colmillo y la experiencia necesaria para disputarle el torneo a los grandes de Sudamérica.
Además, es un plantel en construcción. Figuras emblemáticas como Guillermo Ochoa, Raúl Jiménez o Irving Lozano han quedado fuera de la convocatoria. Básicamente, es un equipo comandado por Santiago Giménez que buscará consolidarse como un buen bloque de cara al Mundial de 2026. Un cambio generacional necesario.
Un equipo en estas condiciones, si se analiza de forma objetiva y se observan los rivales, poco podrá hacer en un certamen tan importante.
¿Por qué está pasando por esto?
Tiempo atrás, México podía disputar de tú a tú partidos contra Brasil o Argentina. Su invitación a la Copa América representaba mayor competitividad en el torneo.
Lamentablemente, el fútbol nacional transita por una crisis muy compleja. El sistema de ascensos y descensos en la liga profesional fue eliminado temporalmente, lo que disminuye la competitividad interna.
Sin bases robustas, donde nuevos entrenadores y jugadores jóvenes tengan espacios donde desarrollarse en ligas inferiores (pero competitivas), se torna difícil armar una buena generación de talentos mexicanos para la selección.
Y si a eso se le suma la poca visión con relación al recambio, se tiene como resultado una selección estancada (que apenas está integrando a los jóvenes), que no tiene una base nacional firme y competitiva.
¿Hay esperanzas de que la situación cambie? Veremos. De momento desde la federación se muestra mucho optimismo, pero ahora más allá de los resultados (Copa América, Mundial, etc.), hay que exigir una mejor gestión interna y el restablecimiento de un sistema competitivo dentro de la Liga MX.