Xalapa | 2023-12-08
La temporada navideña es una de las más esperadas por todo lo que representa desde los adornos, la convivencia, la comida y las fiestas, es por ello, que una celebración imperdible son las posadas, que se realizan casi a mitad de diciembre ¿Sabes cuál es su origen? Aquí te contamos.
En las posadas, los mexicanos cantan como peregrinos, rompen la piñata, cenan y toman ponche en las posadas. Sin embargo, esta tradición tiene un origen que con el paso del tiempo se ha transformado por las nuevas generaciones.
Los antepasados prehispánicos, en lugar de Navidad, que celebra el nacimiento de Jesús, conmemoraban el nacimiento del dios Huitzilopochtli, el 21 de diciembre, durante el solsticio de invierno.
Por ello, desde principios de diciembre, llevaban a cabo una serie de eventos conocidos como las fiestas de Panquetzaliztli, en las cuales también adornaban árboles, pero en lugar de usar pinos y esferas, recurrían a los mismos arbustos frutales y recursos naturales para decorarlos.
Aún es una incógnita por qué coinciden las fechas de la llegada de la deidad mexica y la bíblica, pero lo que sí es un hecho es que los españoles utilizaron estas similitudes, con el fin de evangelizar y conquistar.
De tal manera, la iglesia católica optó por realizar 'misas de aguinaldo', del 16 al 24 de diciembre, en las cuales, realizaban rezos a Jesucristo, leían la Biblia y hasta se representaba el nacimiento de este personaje, dando pie a las pastorelas. No obstante, lo más curioso de todo es que se daban regalos a los asistentes, de ahí el dichoso ´aguinaldo´.
Estas festividades continuaron hasta la época de la Revolución Mexicana, cuando dejaron de ser vigentes y casi desaparecen, hasta que los fieles de la iglesia católica optaron por retomarlas y transmitirlas de generación a generación, con algunas adaptaciones culturales. Esto dio pie a las famosas posadas que hoy en día conocemos.
Con ello, los antepasados prehispánicos dejaron un legado cultural en México, lleno de historia, simbolismo y espiritualidad, aunque con el paso del tiempo ha dado pie a la religión católica el significado sigue siendo el de celebrar el cierre de un ciclo (el invierno) y el inicio de otro, algo que seguirá perdurando de generación en generación.