Ciudad de México | 2024-09-27
En marzo de 2019, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), decidió abrir un capítulo nuevo en la historia diplomática al enviar cartas tanto al Vaticano como a España, solicitando un gesto simbólico: una disculpa formal por los agravios cometidos durante la Conquista.
Así buscaba una reconciliación histórica con los pueblos originarios de México, y aunque el Papa Francisco respondió positivamente, la respuesta de España fue un claro rechazo, creando una división en las reacciones.
En una visita al sitio arqueológico de Comacalco, AMLO anunció que había enviado cartas tanto al Papa Francisco como al Rey Felipe VI de España.
En estas misivas, López Obrador propuso un relato de los agravios históricos y pidió un reconocimiento por los abusos cometidos durante la colonización, que afectaron a los pueblos indígenas.
El Vaticano, liderado por el Papa Francisco, fue receptivo a la solicitud de López Obrador.
A través del documento, el Papa subrayó que tanto él como sus predecesores ya habían pedido perdón anteriormente por las "acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización".
"Tanto mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización", mencionó en el documento.
Este gesto fue interpretado como un paso en el camino hacia la reconciliación histórica que AMLO buscaba.
Según el rey de España, los eventos de la Conquista no podían ser juzgados bajo los estándares contemporáneos.
La posición del gobierno español fue clara: no habrá una disculpa oficial por la colonización. Este contraste con la postura del Vaticano dejó en evidencia una división en la percepción de la responsabilidad histórica.
La negativa de España creó un debate tanto en México como en Europa sobre cómo deben abordarse los legados históricos y las responsabilidades de las naciones modernas.
Mientras el Vaticano optó por un gesto conciliador, el rechazo de España subrayó las diferencias en la manera en que cada nación interpreta su papel en la historia.