4 tips de mantenimiento para tu bicicleta de montaña

Al darle mantenimiento a tu bici de montaña, alargarás su tiempo de vida y tendrás experiencias más seguras. Considera estos tips.

México | 2024-03-04

El tema del mantenimiento en una bicicleta de montaña no se debe descuidar por ningún motivo. La seguridad es indispensable para que disfrutes de una experiencia tranquila, lejos de situaciones inesperadas. ¿Prefieres llevarla a un taller o ser tú el que se ocupe de que se encuentre lista para el próximo recorrido? Sea cual sea el caso, nunca está de más conocer qué necesita tu bicicleta para tener un excelente rendimiento. Acompáñanos a revisar los siguientes tips.

1.  Una bicicleta limpia es una bicicleta feliz

Este aspecto no solo es vital por la cuestión estética. La acumulación de suciedad puede llegar a ser perjudicial, por lo tanto, te tienes que asegurar de que el polvo, por ejemplo, no haga de las suyas en las barras de las suspensiones ni en la tija telescópica.

Quítale el lodo, la tierra y otros elementos con frecuencia para que, a la larga, no ocasionen un desgaste prematuro. Puedes acudir a un lugar dedicado a dicho fin, o bien, encargarte tú de la limpieza, pero no olvides que existen puntos de la bicicleta en los que el agua no debe introducirse, también recuerda utilizar productos especiales.

2.  El bienestar de los neumáticos y de la suspensión

Imposible dejarlos a la deriva, en especial si eres de las personas que prefieren las rutas complicadas. Con frecuencia, haz una revisión de los neumáticos con el fin de detectar alguna avería que comprometa tu seguridad y la comodidad al utilizarla. ¡Apriétalos de acuerdo a la ruta a la que te vayas a enfrentar!

Con la suspensión ocurre lo mismo, pues esta se comprime de acuerdo al peso del hundimiento, e igualmente, del rebote depende la rapidez en la que la suspensión regrese a su extensión completa. Con eso en mente, revisa cómo está la presión, si hay pérdida de aceite o si existe un problema con el bloqueo.

 

Si ambos elementos se van ajustando según los terrenos que vayas a recorrer y el estilo que tú tengas, gozarás de una mejor experiencia. Eso sí, no dejes de comprobar que se encuentren en buen estado.

3.  Ojo con la cadena y la transmisión

No permitas que otros componentes de la transmisión se vean afectados por el desgaste de una cadena sucia o lubricada de forma errónea. A lo largo del post hemos insistido en que todas las bicicletas para MTB se deben checar periódicamente, pues de esa forma también alargarás su tiempo de vida.

Además del limpiado cuidadoso de la cadena con un desengrasante y las herramientas correctas, haz uso moderado de un lubricante acorde a las condiciones en las que vas a manejar, ya sea una ruta en la cual haya humedad o demasiado polvo.

Ahora bien, en cuanto a la transmisión, primero asegúrate de que no presente desajustes que ameriten reparaciones, cambio de piezas o sustituir toda la transmisión. Ajusta bien los tornillos de límite, así como la tensión del cable de los desviadores y la indexación, de este modo, ningún obstáculo se te presentará en el camino.

4.  Atención con los frenos

Esto es algo de lo cual será inevitable no darse cuenta cuando empiecen las fallas, pero, ¿para qué llegar a ese extremo? Pon manos a la obra y realiza acciones que te prevengan de los sonidos terroríficos que confirman el desgaste de los componentes nombrados.

 

Échale un vistazo a las manetas, observa que no haya fugas en las tapas y el émbolo de empuje, de igual manera, ve el estado de los latiguillos y asegúrate de que no tengan ningún daño o se encuentren demasiado doblados. En cuanto a las pastillas, cámbialas si su grosor es de menos de 1 o 0,5 mm; respecto a los discos, deberás sustituirlos también si están doblados o descoloridos.

Por último, no te olvides del aceite, el cual será obligatorio cambiar según la frecuencia con la que utilices tu bicicleta y la condición de las rutas recorridas.

Si cuidas tu bici, te cuidas a ti

No pospongas su mantenimiento ni sus visitas al taller, ojalá que nuestro post sea la señal que te hacía falta para hacerle un chequeo. ¡Todo lo que prevengas hoy, lo agradecerás en el futuro!

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