Reino Unido | 2022-09-09
La muerte de la reina Isabel II de Inglaterra conmocionó a toda la nación tras 70 años en cabeza de la corona y un legado que influyó en todas las industrias culturales como la música, el arte y el mundo audiovisual, que dejaron ver parte de su vida personal como monarca del Palacio de Buckingham.
Era muy bien conocido su gusto por los animales, en especial por los caballos y los perros raza corgi. En 1933, cuando tenía tan solo siete años, recibió su primer cachorro que respondía al nombre de Dookie.
A lo largo de su vida tuvo más de 30 perros que la acompañaron en todo momento y a los 18 años recibió como regalo de su padre a 'Susan', quien estuvo presente en su luna de miel cuando todavía era princesa. La monarca tuvo otras razas como labradores, cocker spaniels y dorgis, que nacieron del cruce con los daschund de su hermana Margarita.
La reina no quiso tener más perros en 2018 cuando Willow, el último corgi del linaje real y descendiente de Susan, falleció. Su deseo era que ninguno de sus cachorros sobreviviese a su muerte, pero el príncipe Andrés le regaló dos cachorros antes del deceso de Felipe de Edimburgo, su esposo.
Estos pequeños cachorros la acompañaban de manera permanente por todo el Palacio de Buckingham y salieron en retratos oficiales y en fotos con la reina. En la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, la reina estuvo con sus corgi junto al actor Daniel Craig, quien interpretó a James Bond.
Tal era su amor por estos cachorros que Brian Hoey, autor del libro “Pets by Royal Appointment”, manifestó que la reina supervisaba personalmente la dieta diaria de sus caninos, compuesta de un filete y pechuga de pollo a las cinco de la tarde.
Aunque nunca quiso que sus cachorros sobrevivieran a su deceso, la monarca tenía cinco perros antes de su deceso, entre los que estaban dos corgis (Muick y Sandy), un dorgi (Candy) y dos cocker spaniel.