Oxígeno negro en el Océano Pacífico: ¿qué es y por qué asombró su descubrimiento?

*¿Qué es el oxígeno negro en el Océano Pacífico y por qué es un hallazgo revolucionario?*

Ciudad de México | 2024-07-23

Un reciente estudio publicado en Nature Geoscience ha revelado la presencia de un fenómeno desconocido hasta ahora: la producción de oxígeno negro en el fondo del Océano Pacífico.

Este hallazgo, liderado por Andrew Sweetman y su equipo, ha sorprendido a la comunidad científica. Mediante el uso de cámaras bentónicas, los investigadores intentaban medir el consumo de oxígeno en el sedimento marino cerca de las costas de México.

Sin embargo, en lugar de observar una disminución en los niveles de oxígeno, notaron un aumento significativo, a pesar de la ausencia de luz solar y la imposibilidad de la fotosíntesis.

El descubrimiento del oxígeno negro en el fondo del Océano Pacífico ha desafiado las teorías actuales sobre la producción de oxígeno y el origen de la vida en la Tierra.

Este fenómeno, que no depende de la fotosíntesis, podría cambiar nuestra comprensión de la evolución de la vida y expandir las posibilidades de encontrar vida en otros planetas.

¿Cómo se produce el oxígeno negro?

El proceso de descubrimiento del oxígeno negro implicó la colocación de campanas en el sedimento marino en la zona de fractura de Clarion-Clipperton.

¿Qué implicaciones tiene el oxígeno negro para la ciencia?

La Scottish Association for Marine Science ha destacado que este descubrimiento podría revolucionar nuestra comprensión sobre la aparición de la vida en la Tierra. Hasta ahora, se creía que el oxígeno apareció por primera vez hace 3 mil millones de años, gracias a las cianobacterias.

El hallazgo del oxígeno negro también tiene implicaciones para la búsqueda de vida en otros planetas. La capacidad de producir oxígeno en ausencia de luz solar podría indicar que planetas con vastos océanos y condiciones similares a las de la Tierra podrían albergar formas de vida basadas en mecanismos de producción de oxígeno desconocidos.

Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para la astrobiología, sugiriendo que la vida podría existir en mundos acuáticos más allá de nuestro sistema solar.



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