Ciudad de México | 2023-12-13
Recientes estudios arrojan luz sobre la exposición a pesticidas, como el DDT y otros venenos que, paradójicamente, buscan proteger los cultivos de plagas.
Estos productos químicos, presentes en herbicidas, insecticidas y demás, se filtran en nuestros alimentos, generando riesgos para la salud y el entorno.
Cipermetrina, deltametrina, penconazol o piriproxifeno, entre otras 500 sustancias tóxicas, cancerígenas o mutágenas, se infiltran en frutas, verduras y carnes.
La exposición prolongada a dosis mínimas de estos pesticidas puede causar desde irritación local hasta alteraciones en los sistemas endocrino o nervioso.
Los Límites Máximos de Residuos (LMR) son niveles legalmente permitidos de residuos de pesticidas en alimentos.
Establecidos por agencias gubernamentales de seguridad alimentaria, garantizan la protección de la salud pública.
Los reguladores evalúan toxicidad, frecuencia de consumo y cantidad de alimentos, asegurando que los niveles sean seguros para los consumidores.
Es esencial que los productores sigan buenas prácticas agrícolas y respeten los tiempos de espera entre la aplicación de pesticidas y la cosecha.
Esto garantiza que los niveles de residuos estén por debajo de los LMR. La vigilancia y cumplimiento de estos límites son fundamentales para la seguridad alimentaria y la minimización de riesgos para la salud.
Los pesticidas que contienen contaminantes orgánicos persistentes, con efectos bioacumulativos, son particularmente peligrosos.
También, aquellos que actúan como disruptores endocrinos (EDC), alterando el funcionamiento de las hormonas naturales. Controlar estos peligros resulta imprescindible para detectar aumentos en los niveles permitidos de residuos de pesticidas.
Desde frutas y verduras hasta carnes y lácteos, cualquier alimento puede contener residuos de pesticidas. Los alimentos más afectados, según el número de plaguicidas presentes, son:
Aunque no debemos evitar consumir frutas y verduras frescas, se aconseja optar por alimentos ecológicos y locales cuando sea posible.
Lavado adecuado, pelado y retirada de capas externas reducen la presencia de residuos.
Además, es vital evitar alimentos de origen desconocido y elegir productos que indiquen su origen y estén sometidos a controles.