Agua Dulce Ver. | 2023-06-01
"Perder a mi hijo es lo peor que me ha pasado en toda mi vida, una parte de mi corazón se ha perdido... les pido que nos entreguen lo poco que haya quedado de Gabriel Obed", fue el clamor de Juana Pacheco López, madre del trabajador petrolero que murió en la explosión de Tuzandépentl ocurrido el pasado 23 de febrero.
Han sido cuatro meses que la desconsolada madre no ha dejado de llorar por la pérdida de su hijo Obed a quien extraña y no podido sepultarlo porque Fiscalía General del Estado (FGE) aún no entrega sus restos ya que legalmente no lo han podido identificar.
Al parecer las autoridades no cuentan con el avance tecnológico en el área de genética para poder identificar los restos de Obed y dos de sus compañeros más, razón por la cual ya ni siquiera les responden las llamadas telefónicas que realizan los dolientes.
Por su parte, Milly, aseguró que no tienen un lugar en donde llorarle a su hermano, por lo que es necesario brindarle cristiana sepultura y sostuvo: "no tenemos en donde llorarle, no estaremos tranquilos hasta que él no este con nosotros otra vez".
Debido que hasta el momento no se ha identificado el cuerpo, no pueden realizar ningún trámite en Pemex, situación que preocupa a los dolientes, debido que los tres hijos de Obed que se encuentran estudiando, están generando gastos que cada vez será más difícil cubrir, porque han dejado de percibir cualquier tipo de ingreso económico por parte Pemex.
Por esa razón, solicitaron a la fiscal general, Verónica Hernández Giadàns, al gobernador, Cuitláhuac García Jiménez y al propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, atiendan su caso, para que se pueda garantizar la estabilidad en manutención de los niños.
Doña Juanita quien viste de negro en señal de luto, sostiene un cuadro con la fotografía de su hijo en donde luce sonriente, así lo recuerdan, como una persona alegre, generosa, honrada, trabajador, con el ánimo siempre de ayudar a cualquier persona, pero sobre todo amoroso con sus tres hijos.
Decenas de trabajadores y los propios directivos de Pemex, consideran a Gabriel Obed como un verdadero héroe, que incluso arriesgó su vida por salvar la de los demás.
La familia ha recibido un sin número de testimonios de los propios obreros que fueron testigos de la explosión en el Centro de Almacenamiento de crudo de Tuzandépentl, en Ixhuatlán del Sureste; ellos refieren el hijo de doña Juanita, se abrió pasó entre sus demás compañeros.
Mientras todos salían, él era el único que decidió llegar al control de mando de los equipos, donde alcanzó a cerrar tres válvulas para que el fuego no se extendiera aún más y con resultados catastróficos, ya que, según estadísticas, en 12 cavernas que logró tener Tuzandépentl se logró almacenar hasta 8.4 millones de barriles de crudo maya, istmo y Olmeca.
Doña Juanita asegura que tiene un dolor inmenso, pero Dios, sus dos hijos y toda su familia le han brindado la fortalece que necesitan, sin embargo, no estará tranquila hasta que no pueda brindarle cristiana sepultura.
La mujer quien viste de negro en señal de luto, sostiene la fotografía del trabajador de Pemex, en donde luce sonriente, así lo recuerdan, como una persona alegre, generoso, honrado, trabajador, con el ánimo siempre de ayudar a cualquier persona, pero sobre todo amoroso con sus tres hijos.
Gabriel Obed Pacheco, trabajaba en el equipo de perforación PM-119, en el momento de la explosión brindaban mantenimiento a la caverna Tuzandepentl-331, la cual forma parte del proyecto de Rehabilitación de la Planta de Almacenamiento.