Orizaba | 2020-04-05 | Nora Gabriela Lira
Debido a que un grupo de vendedores de palmas oriundos de Ixhuatlancillo se instalaron en el atrio de la catedral a pesar de que no se otorgaron permisos para ello por la emergencia sanitaria que se vive, elementos de la policía municipal acudieron para conminarlos a qué se retiraran.
Desde temprana hora, policías municipales estuvieron recorriendo el centro de la ciudad exhortando a través de un megáfono a la población para que permaneciera en sus hogares.
Pese a ello y a pesar de que la Diócesis de Orizaba anunció la suspensión de las actividades propias de esta temporada, feligreses estuvieron acudiendo a lo largo de la mañana a la catedral.
Al ver que no había ni un sacerdote, algunos se hincaron a orar algunos momentos, otros buscaron las piletas de agua bendita para rociar las palmas que llevaban por el Domingo de Ramos.
Al atrio de la Catedral llegaron también una veintena de vendedores de palmas, los cuales en años anteriores cuentan tanto con permiso de la Iglesia como del propio ayuntamiento pero, en esta ocasión no se hizo por la contingencia sanitaria que se vive.
Por ello, al detectarlos, policías municipales los conminaron a retirarse y les explicaron que su salud corre riesgo debido a la pandemia que afecta al país, por lo que finalmente los vendedores, procedentes de Ixhuatlancillo y Mariano Escobedo, terminaron por irse.