Xalapa | 2023-09-08
En el marco del Día Mundial de la Fibrosis Quística, la Unidad de Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Especialidades No. 14, del Centro Médico Nacional (CMN) "Adolfo Ruíz Cortines", del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Norte, advierte a la población sobre la importancia de la detección oportuna de esta patología en bebés.
Agregó que esta proteína es responsable de una de las vías de transporte de iones de cloruro en las células epiteliales y también controla la actividad de otras proteínas de membrana; como consecuencia de este cambio, el contenido de agua, sodio y cloro de la mucosidad se espesa y disminuye, lo que provoca las manifestaciones clínicas de esta enfermedad.
Cabe señalar que, la mutación más frecuente en la población caucásica es la Delta F508, esto incluye a México, donde alrededor de 400 recién nacidos tienen esta patología; sin embargo, solo 15% de ellos son diagnosticados con vida, el resto fallece antes de cumplir los 4 años de edad por complicaciones respiratorias y desnutrición.
Se estima que en nuestro país alrededor de 3 mil infantes tienen Fibrosis Quística; en 2006 se determinó que la sobrevida promedio de 521 pacientes fue de 17.6 años de edad; ahora bien, con los tratamientos actuales la sobrevida en nuestro país ha ido en incremento, por lo que se puede decir que el pronóstico de vida depende de la precocidad del diagnóstico y del manejo terapéutico riguroso.
Asimismo, estas irregularidades pueden estar presentes desde etapas muy tempranas de la vida y persistir a lo largo de ella, ser intermitentes o desarrollarse tardíamente, aunque la mayoría de los casos presentan lo que se conoce como la triada clásica, es decir enfermedad pulmonar obstructiva crónica con infección de patógenos respiratorios, insuficiencia pancreática exógena y elevación de los niveles de cloro y sodio en sudor.
Finalmente, el médico subrayó que a la falta de tratamiento específico y curativo para la fibrosis quística, el tratamiento de la enfermedad se basa en varios pilares fundamentales, es decir, uso de antibióticos y antiinflamatorios, nutrición adecuada, ejercicio físico y fisioterapia respiratoria. Las terapias relevantes actuales y futuras se basan en corregir los cambios estructurales y funcionales de la proteína CFTR, no solo combatiendo sus síntomas, sino deteniendo la progresión.