Pese a revés de SCJN, San Andrés Tuxtla tuvo observaciones por 53 mdp

La alcaldesa de San Andrés Tuxtla tachó la intervención en la Tesorería como un "montaje"

Xalapa | 2023-10-13

La alcaldesa de San Andrés Tuxtla, María Elena Solano, no debería de politizar la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de declarar inconstitucional la intervención en la tesorería del Ayuntamiento, ya que resultó con observaciones por 53 millones de pesos en 2022.

El presidente de la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado, Rafael Gustavo Fararoni Magaña, enfatizó que el Congreso acatará el fallo de la SCJN una vez que sean notificados oficialmente, pero señaló que hay un mal manejo administrativo confirmado por el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis).

ACUSÓ CACICAZGOS

La alcaldesa María Elena Solano Calzada, por su parte, tachó la intervención en la Tesorería Municipal como un "montaje", sugiriendo que esto es resultado de su resistencia al supuesto control ejercido por los diputados Juan Javier Gómez Cazarín y Fararoni Magaña.

En respuesta, el diputado local subrayó la importancia de no politizar el asunto, afirmando que las observaciones del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) ascienden a 53 millones de pesos en daño patrimonial. Además, recomendó a la alcaldesa que se enfoque en la solución de las observaciones en lugar de atribuir responsabilidades políticas.

El legislador destacó que el enfoque debería ser mejorar la eficiencia en los asuntos administrativos y abordar las observaciones de manera responsable. También señaló que las observaciones son realizadas por el Orfis y defendió la intervención, asegurando que no lamenta su participación en el proceso.

"Es obvio que el tema administrativo no es eficiente, simplemente mi recomendación es que se pongan a chambear para solventar esas observaciones. Que no quieran decir que queremos ser caciques. Si hay manera de solventarlas lo va a hacer (...), las observaciones las hace el Orfis. No me arrepiento del tema de la intervención", agregó.

.
.