Soteapan | 2023-05-22
Aurelio Cayetano García era el menor de una familia que tuvo seis hijos. Los padres murieron hace unos años y por eso, son huérfanos y él fue cuidado siempre por sus hermanos y hermanas mayores.
De los seis, antes de la partida de Aurelio Cayetano, hacia Monterrey Nuevo León, el pasado sábado 13 de mayo, solo sobrevivían cinco pues también, pues uno de ellos murió de enfermedad hace casi una década.
Aurelio de 35 años de edad, había decidido buscar un mejor futuro migrando por primera vez fuera de su pueblo, Ocozotepec, en el municipio de Soteapan, y poder sacar adelante a su esposa y a sus dos hijos menores de edad.
Era ayudante de albañil y unos compañeros suyos que estaban en Nuevo León, lo invitaron a unirse al trabajo de las construcciones y por eso, marchó hacia esa entidad junto con su primo, Felix Cruz Cayetano, dejando en Ocozotepec, a su mujer y sus dos hijos, una niña y un niño, en su vivienda de paredes de lámina y madera, piso de tierra, en la calle Miguel Alemán, Manzana 4 de esa comunidad indígena popoluca.
La noticia fue que se quemaron en un accidente, no se sabe que ha pasado con sus cuerpos pues la esposa de Aurelio, aun no ha informado el motivo por el cual, no ha sido liberado el cuerpo del migrante y su primo.
Sus cuatro hermanos, sus hijos y sus sobrinos están en espera de alguna información que les permita saber cuando lo traerán, aunque sea así, quemados para sepultarlo en su natal Ocozotepec, dice su hermano Martin.
Dentro de su vivienda hay un altar con su foto, pero no permiten que el reportero ingrese a la casa y sacan de ella, una foto del difunto. Dicen que hasta que llegue el cuerpo.
La familia de Aurelio Cayetano ha acudido ante el alcalde Rafael Hernández pero éste, ni los recibe en sus oficinas ni los escucha vía telefónica. A través de sus allegados les ha informado que no hay recursos para traer los cadáveres de ambos migrantes.
Los hijos de Aurelio son atendidos por las mujeres que están en el conjunto de viviendas que comparten los hermanos Cayetano García, en el mismo terreno, en tanto su esposa busca con esfuerzos poder recuperar los restos.
Aurelio y Felix, aunque son parientes viven en diferente calle y manzana urbana, y así como compartieron la ilusión de buscar un mejor futuro para sus familias, ahora comparten la espera de que sus restos puedan ser traídos algún día a Ocozotepec.
Ambos murieron el pasado 14 de mayo, en un accidente carretero al chocar la camioneta en que viajaban junto a otros migrantes, hacia Monterrey Nuevo León. La camioneta se incendió en el estado de Tamaulipas y murieron 27 personas, 16 de ellas del sur de Veracruz, que tampoco han sido regresados a sus lugares de origen, pues al quedar calcinados, su reconocimiento se ha hecho difícil.