Oluta | 2023-06-05
Doña Minerva De los Santos Baruch, perdió en una noche, todo el patrimonio forjado a lo largo de varias décadas y generaciones de su familia.
Su casa, ubicada en la calle Galeana del barrio Tercero en la Villa de Oluta, quedó destrozada hace una semana en que una tromba la sorprendió junto a su familia, al convertir su vivienda de varias piezas, en un enorme arroyo que la dejó herida de una pierna y con su casa convertida en tragedia.
"Estamos en la miseria" dice a Imagen del golfo, postrada en una cama de un domicilio particular, que un amigo de la familia les prestó porque no tienen ni pagar una renta, en la calle Independencia, entre las calles de Zapata y Francisco Villa, en el barrio tercero, lugar a donde se fueron refugiar la mayor parte de su parentela, que son cuatro adultos y cuatro menores de edad.
Sin apoyo gubernamental, ni recursos para poder por el momento salir adelante, la familia de Minerva De los Santos vive de la ayuda social. A su casa ya no regresarán y tampoco saben a donde irán una vez que les pidan la casa que ahora ocupan.
Su hija dice a Imagen del golfo, que no les cobraron renta porque el dueño de la casa, sabe que están en la miseria, que perdieron desde camas hasta aparatos electrónicos, electrodomésticos, roperos, ropa, todo lo que tenían materialmente.
La tromba ocurrió el 30 de mayo pasado, martes por la noche y continuó hasta el miércoles 31, en la madrugada.
Los males para doña Minerva De los Santos no acaban. El día de la tromba, la corriente de agua la arrastró dentro de su misma casa y un pedazo de madera, le perforó la pierna izquierda. Fue trasladada de emergencia al hospital regional civil General Miguel Alemán de Oluta, y ahí un enfermero la atendió, le curó superficialmente la herida y luego suturó, pero a los pocos días, la lesión se infectó.
El enfermero solo limpió en forma superficial, no ingresó hacia más adentro de la herida donde quedaron pedazos de madera y lodo. Otro particular, tuvo que ir a curarle esa herida que ahora tiene abierta, para extraerle todos los residuos que le ingresaron y le estaba provocando una gangrena.
Postrada, Minerva De los Santos pide ayuda para poder sobrevivir. No pueden trabajar y no tienen nada con que seguir viviendo una vida digna.
Las lluvias de este lunes 5 de junio, a unas horas de cumplirse una semana de la tromba que generó una corriente de agua que arrastró dos autos e inundó varias viviendas en la calle Galeana del barrio Tercero, despertó el miedo de los vecinos a que la tragedia vuelva a repetirse.
Quienes viven en esa zona, afirman que esa zona ya no es segura y no todos pueden mudarse como lo hizo la familia de Minerva De los Santos, cuya vivienda fue destruida por las corrientes de agua.
Dicen que el gobierno municipal deberá tomar medidas para evitar que esa situación se vuelva repetir, pues no existen canales de desagüe adecuados que hagan fluir lo pluvial hacia áreas donde no causen daños.
Se requiere de infraestructura para canalizar las aguas residuales y de lluvia hacia terrenos que están en las zonas bajas y no están habitadas. Muros de contención que redireccionen los canales y no se vuelva a causar daños como los provocados el 30 y 31 de mayo.
En esa zona del barrio tercero, donde la semana pasada varias viviendas fueron inundadas por una corriente de agua generada por intensas lluvias que cayeron durante la noche del 30 de mayo y madrugada del 31, los habitantes no tienen agua potable para consumir ni para sus necesidades.
Según vecinos, la mayoría tiene pozos artesianos, pero éstos se contaminaron de aguas negras y el servicio de distribución con pipas no han llegado.
Dijeron que la dirección municipal de protección civil prometió llevarles agua de garrafón pero no lo ha hecho y tampoco las pipas han ido a abastecerlos de agua limpia para poder continuar con la desinfección de sus enseres y muebles.
El gobierno municipal les dotó solos de colchones de a uno por familia y comida durante el primer día, y a la fecha, nadie les ha informado si les repondrán sus muebles básicos como roperos, lavadoras y estufas que perdieron durante la inundación.