Puebla | 2025-02-01
Veracruz lo vio nacer; el cielo de Filadelfia lo reclamó. El piloto Josué Juárez no voló solo. Era parte de la tripulación de la ambulancia aérea mexicana Learjet 55, con matrícula XA-UCI, que se desplomó en el accidente en Filadelfia el 31 de enero. Viajaban también una niña y su madre.
Cruzaban el cielo en una ambulancia aérea mexicana, buscando llegar a Tijuana después de un tratamiento que le había salvado la vida a la pequeña.
Esas horas entre el aterrizaje y el despegue fatal, ¿qué pensamientos rondaron a Josué Juárez? El cielo, que tantas veces fue su cómplice, esta vez lo traicionó. No hubo sobrevivientes. La muerte se sube a los aviones sin boleto, sin equipaje, sin aviso.
Y aunque los pilotos siempre miran al cielo, nadie les avisa cuándo se cierra.
En Veracruz recuerdan que Josué Juárez había hecho del aire y las alturas su segunda piel. Sus amigos, ahora conmocionados, leyeron incrédulos su última publicación en redes sociales.
Rubén compartió unas fotografías de Josué con el uniforme de piloto y una captura de pantalla del último posteo que el ahora fallecido hizo en su perfil de Facebook.
En el Tec de Veracruz, donde estudió, la noticia corrió como un relámpago. Serena A. Medina, excompañera, escribió: "Descansa en paz compa Josué Juárez (Ex alumno del Tec de Veracruz)".
Los radares no detectan el destino. Los restos del Learjet quedaron dispersos sobre la ciudad. ¿A dónde va un piloto cuando cae del cielo? ¿Cuántas vidas salvó Josué Juárez antes de que nadie pudiera salvar la suya?
No fue un caso aislado. Apenas dos días antes, un helicóptero y un avión comercial habían chocado sobre Washington, matando a 67 personas.
Pero aquí, en la tragedia de Filadelfia, no había un enjambre de cables y motores compitiendo por el cielo. Solo un aviador veracruzano, una niña y su madre, y un destino que se les cerró en el aire.
Josué Juárez pasó su vida confiando en que el cielo siempre tendría espacio para un aviador. Esta vez, el cielo no respondió. Y en Veracruz, los que lo conocieron lo lloran y lo recuerdan como se recuerda a los que un día despegaron y nunca volvieron.
¿Cómo entierras a alguien que pasaba más tiempo en el aire que en tierra? Al final, la muerte lo llevó más alto que ningún vuelo. Todos caeremos algún día...