Veracruz | 2021-09-05 | Josefina Lugo
Ningún reclusorio del país tiene las condiciones necesarias para operar, al contrario, cuentan con una serie de situaciones lamentables, como la sobrepoblación, que provoca, entre otras cosas, el autogobierno o ‘guardias blancas’.
La eliminación de cárceles como el penal de Allende, en el municipio de Veracruz, y en otras ciudades como Orizaba, Perote y Huatusco, ha provocado un efecto dominó de alcances interestatales, pues los presos son trasladados a otros estados como Chiapas, señaló Cuauhtémoc Gabriel Andrade González, quien ha sido director de los reclusorios de Veracruz, titular de los Ceresos UBR y del penal de Aquiles Serdán en el Plan Operativo Chihuahua, y Director Estatal de Investigación, Diagnóstico y Mediación Penitenciaria del Estado de Tamaulipas.
Caro mantenimiento
Al eliminar al menos cuatro reclusorios en el estado de Veracruz, por falta de recursos económicos, esta población se dispersó entre los demás reclusorios, algo que sigue impactando hasta el día de hoy, reconoció.
Explicó que debido al presupuesto que tiene el sistema penitenciario, prefieren no abrir nuevos reclusorios porque se requiere de mucho personal como psicólogas, trabajadoras sociales, administrativas, y todos los conceptos del Consejo Técnico Disciplinario.
En el caso de Veracruz, desaparece el reclusorio Ignacio Allende y dejan un penalito, un módulo de 24 horas, conocido como “Playa Linda”.
“Cuando se satura, porque es muy chiquito, mandan a las personas a cualquier otro reclusorio. Por ejemplo, a dos clientes míos los mandaron a Chiapas, la familia no ha podido ir a verlo, porque no tiene recursos para ir, el señalado queda desprotegido y nosotros, los abogados, perdemos clientes”.
“Dice la ley que los internos no deben de salir de su lugar de origen, por lo que se viola ese derecho de las personas procesadas, los sentenciados deben de estar más cerca de su lugar de origen, sin embargo, no se aplica”, lamentó.
Sobrepoblación
Un reclusorio hecho para 200 internos, al tener 220, es decir, 20 más, impacta de tal forma que causa problemas de todo tipo, desde los dormitorios hasta la convivencia, por lo que calificó como urgente y necesaria la creación de reclusorios en el municipio de Veracruz, algo que se ha pospuesto.
“Es necesario un reclusorio, pero con las medidas adecuadas, pero eso implica una gran inversión, y un gasto diario de mantenimiento, al menos se necesitan 500 empleados, entre personal de seguridad, custodios, técnicos, psicólogos, que es una parte fundamental”.
“Por experiencia podemos decir que cuando hay sobrepoblación y falta de personal que vigilen a los reclusos, se da el autogobierno, las ‘guardias blancas’, hay un alto porcentaje de personas muy feas, vamos a llamarle así, pero también hay gente tranquila, pero esas personas aprovechan las carencias y empiezan los círculos de poder”.
“El autogobierno en las cárceles es por dos cosas, por la sobrepoblación y porque el estado no quiere pagar lo que realmente se necesita para que las cárceles funcionen correctamente con el personal capacitado adecuadamente”.
Autogobierno
El denominado “autogobierno” al interior del penal se da cuando los reclusos mandan por sobre la autoridad de los custodios, algo que lamentablemente sucede.
“Hay dos formas, el autogobierno en donde los reclusos no permiten ni siquiera el acceso a los guardias o cuando los guardias se convierten en una especie de “auxiliares” de los reclusos que controlan el interior del penal”, explicó.
Esto sucede, nuevamente, por la sobrepoblación y falta de personal, por lo que muchas veces los elementos prefieren hacerse tontos, que arriesgar su vida o la de sus familias.
Carencias
También la estructura penitenciaria tiene graves problemas, los inmuebles donde se ubican las cárceles del estado están en muy malas condiciones, tienen años sin mantenimiento, como Pacho Viejo, lo que ha contribuido a que en todas las cárceles del estado haya fugas.
El caso de Coatzacoalcos y El Pando es inaudito, la seguridad no va más allá de una malla de gallinero.
“El de Coatza es un edificio que se ve grande y bonito, pero si entramos vemos que son mallas de gallineros las que tiene, fácilmente las quitan. Lo mismo sucede en el Pando, en el segundo piso tienen mallas de gallinero, no cuentan con una barda adecuada que evite las fugas, además está junto a casas-habitación, ahí verdaderamente los internos no se fugan porque no quieren”, denunció.