Orizaba | 2021-04-16 | Nora Gabriela Lira
Las omisiones y falta de sensibilidad que hay en las autoridades propiciaron que una familia que tenía un ser querido desaparecido haya sido extorsionada.
José Irwin Estrada Cárdenas, abogado, desapareció el 5 de abril, Su familia denunció su desaparición.
El 6 de abril, Monserrat, esposa de José Irwin, contactó vía redes sociales a las integrantes del Colectivo de Familiares de Desaparecidos Orizaba-Córdoba y pidió el apoyo para difundir los datos de su esposo e intentar localizarlo.
El 8 de abril se conoció que Policía Ministerial y Periciales realizaban trabajos de búsqueda de una fosa clandestina en la comunidad de Tepoztlán, Mariano Escobedo.
El 9 de abril, la esposa y padres de José Irwin se acercaron de manera presencial al Colectivo para solicitar su ayuda y comentaron que ya se había interpuesto la denuncia correspondiente, momento en que la fiscal encargada de llevar al caso, Teresa Juárez Zamora, les pidió que se bajara de redes la ficha de búsqueda.
A pesar de la denuncia interpuesta, a la familia no se le hicieron las entrevistas Am y PM que establece el protocolo en estos casos y la toma de muestras de ADN, por lo que el Colectivo orienta a la familia y les da a conocer los pasos a seguir.
Ante ello, les indicaron que pidieran los oficios de colaboración para el rastreo de detención de personas en el país, entrevista a las personas vinculadas, solicitud de medidas de protección, solicitud de la sabana de llamadas, solicitud de calidad de víctima para la esposa, padres e hijos, constancia de ausencia, a la agencia automotriz para el rastreo satelital del automóvil en el que viajaba la víctima al momento de su desaparición y para que Servicios Periciales realizara la inspección en el contexto de la desaparición, lo cual no había hecho la fiscal.
El 13 de abril, la familia de José Irwin e integrantes del Colectivo acudieron a la comunidad de Tepoztlán, en Mariano Escobedo, y ahí observaron que el predio en donde se ubicaron restos humanos estaba acordonado pero no se había hecho nada con el pretexto de que se trataba de un predio particular, a pesar de que por ahí transitan personas y vehículos.
Integrantes del Colectivo se comunicaron entonces con las autoridades estatales para solicitar la presencia de Periciales en el lugar, pues los restos eran visibles a la vista y el olfato, y se corría el riesgo de que animales carroñeros pudieran desperdigarlos.
A la solicitud del Colectivo para que se les permitiera ver en fotografía el rostro de las dos personas recuperadas en el lugar, ya que por las características presumían que pudiera tratarse de José Irwin, una de las peritos les gritó que esa información no se podía dar.
Esa falta de sensibilidad, sólo provocó más angustia a la familia, que tuvo que esperar a que le informaran si se trataba del abogado, tiempo en que el además hubo una extorsión por personas que se aprovecharon de la situación, lo cual se pudo haber evitado.
"El día 5 de abril fue el último día que yo vi a mi esposo, quien era abogado, y a partir de ese momento comenzaron nueve días llenos de angustia y desesperación", expresó la señora Monserrat.
Mencionó que fueron días en que tuvo que ir de un lugar a otro, con trabas burocráticas que en nada ayudan a quienes afrontan un problema así, pues lejos de ayudar, suman otras preocupaciones.
El 14 de abril le entregaron el cuerpo de su esposo, luego de más trámites de papeleo.
"Mi esposo estudió leyes porque confiaba en el sistema. Yo quiero decirles que después de todo este proceso he dejado de confiar en la justicia del hombre. Pongo todo en manos de la justicia de Dios", expresó.