Rechaza parroquia de Acayucan utilizar a San Martín como amuleto

San Martin Caballero o San Martín Obispo es buscado para buen comercio

Acayucan, Ver. | 2022-11-21

Martin, el soldado de Roma, un día de un invierno muy crudo, se encontró en la puerta de la ciudad con un pobre hombre casi desnudo, y viendo que el mendigo temblaba de frío, pensó que Dios le ofrecía la oportunidad de socorrerle; pero, como lo único que llevaba eran sus armas y su uniforme, sacó su espada, partió su manto en dos y regaló una de las mitades al necesitado. Esa noche, Martín vio en sueños a Jesucristo vestido con el trozo del manto que había regalado al mendigo y oyó que le decía: "Martín, aunque sólo eres catecúmeno, me cubriste con tu manto".

La leyenda de San Martin el soldado, que luego de convirtió en el Obispo de Tours, y en Acayucan es venerado como San Martin Obispo, cuya festividad es el 11 de noviembre de cada año, según el calendario de la Iglesia católica, actualmente es ocupado para diversas acciones de sanidad, mala suerte y obtención de mejores ganancias y ventas. 

No obstante las creencias de sus fieles, la parroquia de San Martín Obispo llamó a sus feligreses a no equivocarse y ocupar al santo soldado, como amuleto para obtener ganancias o más ventanas sin trabajar, ni tampoco para repeler el mal de ojo o mala suerte.

Pese a ese llamado, la búsqueda del amuleto de San Martín Caballero, es contínuo en los mercados locales para tales fines y más en el mes de marzo, que es mayormente comprado para ser enviado a algún curandero o chamán para que lo santifique o bautice. 

Un recorrido por Imagen del golfo a los mercados Miguel Alemán y Vicente Obregon de Acayucan, constató que algunos negocios dedicados a la venta de productos de santería, curaciones y veladoras para diversos rezos o acciones de sanación mediante brujos, chamanes o santeros; el amuleto de San Martín Caballero se vende con precios de 150 hasta mil pesos según el tamaño de la herradura.

El mito del amuleto,  que contiene además de la herradura, una planta de sábila, semillas de la abundancia, mostaza y otro granos y objetos, afirma que este producto ofrece protección contra la envidia, la brujería, para bendecir tu negocio, ayuda a cubrir con el poder del santo, de todos los males a tu familia y que otorga mayores ganancias a quien le venera desde su negocio.

La sábila, explica uno de los comerciantes, muestra el nivel de envidia y mal que existe en tu negocio.Si se seca, éste está absorbiendo toda la maldad que pesa sobre su comercio y ayuda a contrarrestar los efectos. Si en cambio, la planta continua creciendo y mantiene viva, la prosperidad llegará así como un éxito y la salvación.

La parroquia de San Martín Obispo afirma que el santo no es para ese fin, si no que es un ejemplo a seguir con los necesitados, es un intercesor delante De Dios "que nos ayuda a alcanzar el cielo" y un aliado de los comerciantes que se desempeñan con honestidad.

Por lo que llamó a dejar de tener dichas creencias.

Las fiestas de San Martín Obispo concluyeron en Acayucan el pasado sábado con un rodeo americano, luego de haber iniciado desde el 9 de este mes. 

*Capilla, nombre que se daba a las capas pequeñas.

En México, San Martín Caballero es altamente venerado por la Iglesia católica, se considera Santo Patrono de Acayucan, San Martín Texmelucan y Tixtla de Guerrero. Los feligreses suelen pedirle a este santo por necesidades urgentes para obtener buena suerte, trabajo y dinero. Sin embargo, la historia de este santo proviene desde la antigua Roma al ser retratado como un soldado romano que regaló la mitad de su capa a una persona que estaba en el suelo padeciendo frío, mismo momento que fue representado en una imagen con la que es identificado del resto de los santos de la Iglesia Católica. Además de ser el santo patrón del trabajo, San Martín Caballero es conocido por ser el santo de los comerciantes y de las oportunidades, por lo que varios emprendedores y establecimientos lo colocan frente a sus puertas para venerarlo y solicitarle ayuda para prosperar en sus negocios.

Una vez nombrado Obispo,  el resto de su vida se dedicó a evangelizar y luchar contra las tradiciones que consideraba paganas. Se cree que recorrió varias ciudades de Europa, entre ellas el país de Francia, hasta su fallecimiento en el año 397 en Candes, fue llevado a un sepulcro para ser sepultado en una basílica que fue destruida por paganos.

Cuenta la leyenda que en cierta ocasión, después de demoler un templo, mandó derribar también un árbol que se encontraba junto a él. El sumo sacerdote y otros paganos aceptaron derribarlo por sí mismos, con la condición de que el santo aceptase colocarse junto al árbol en el sitio que ellos determinasen. Martín accedió y los paganos le ataron al tronco. Cuando estaba a punto de caer sobre él, el santo hizo la señal de la cruz y el tronco se desvió. Durante muchos años San Martín realizó numerosos milagros y conversiones allí donde se encontraba.

Murió el 8 de noviembre del año 397.

El medio manto que San Martín poseyó fue guardado en una urna y se construyó un pequeño santuario para guardar esa reliquia. Como en latín para decir medio manto se dice capilla, la gente decía: "vamos a orar donde está la capilla", y de ahí viene el nombre de capilla, que se da hoy a los pequeños salones donde se acude a rezar.

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