Zongolica | 2021-11-27 | Nora Gabriela Lira
A 17 años se haber comenzado a trabajar el tema de la violencia hacia la mujer en la región serrana de Zongolica, poco es el avance que se ha tenido, aunque al menos hay una mayor visibilización de esta problemática, indicó Salustia Anastasia Romero fundadora de la Casa de la Mujer Indígena.
Señaló que entre las necesidades que ven está el contar con un refugio para las mujeres agredidas, así como intérpretes en las instituciones y fiscalías.
Recordó que esto fue un proyecto que iniciaron varias socias que integraron una asociación civil por ver las condiciones en que vivían muchas mujeres, sobre todo en las comunidades, con mucha violencia hacia ellas y en ese entonces ni siquiera había fiscalías especializadas.
"Con la muerte de Ernestina Ascencio yo creo que todos nos hizo un poquito de ruido y armamos una organización apoyadas con un programa nacional que había de Casas de la Mujer Indígena que llevaba en ese entonces el INI", comentó.
Anastasia Romero indicó que fue la primera presidenta de la organización y coordinadora de la Casa también, pero ante la falta de recursos se ha podido avanzar muy poco para llegar a todas las comunidades.
Señaló que las compañeras que laboran ahí son becarias, no cuentan con un salario, y el presupuesto es mínimo, pero a pesar de ello se hace labor en varios municipios.
Destacó que cuando van a algún lugar, les dan a conocer a las mujeres sus derechos y les dicen qué pueden hacer en determinados casos, para que sepan a dónde acudir.
"Se le apuesta más a la asesoría, porque así una mujer sabe qué hacer en determinado momento", abundó.
No obstante, mencionó que de cada cinco que denuncian, sólo dos terminan el proceso porque el facto económico les pesa ante la lejanía de las comunidades y porque se quedan sin recursos.
Indicó que en su opinión la violencia está en todos lados y a veces es complicado que una mujer la reconozca y que se den cuenta que lo que están viviendo no es normal.
Mencionó que una de las necesidades que ven es la de un refugio, pues se carece de uno en la región serrana y el edificio no cuenta con las condiciones de seguridad para albergar a las mujeres que sufren de violencia.
También apuntó que se necesitan intérpretes para atenderlas tanto al momento que quieren denunciar.