Orizaba | 2022-07-24
El obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino señaló que los datos que sobre desapariciones hay en la zona, el estado y el país causan tristeza y dolor.
Indicó que se trata de una situación que nadie debería vivir en un país que tiene leyes y con gente que profesa una religión cristiana.
“Me causa extrañeza, dolor, también alerta de qué está faltando, qué está sucediendo”, expresó.
El jerarca católico consideró que se deben revisar las estrategias y no estar cerrados, obcecados para resolver el problema, que es de todos, pues todos los sufren y padecen.
Mencionó que si hay democracia, no para manipular al pueblo en las respuestas, sino para que haya una comunicación, un diálogo en donde se escuche a los ciudadanos y encontrar la solución y que cada quién haga lo que le toque.
Descartó que la Iglesia esté provocando violencia, pues los principios de Jesucristo se tienen claros y no son partidarios de la violencia, pero sí de la justicia y la paz y ésta viene cuando se respetan los derechos y se trabaja para asegurar una sana convivencia, el respeto, la dignidad y el valor de la persona.
Apuntó que sólo la cultura de la paz y la vida llevará a los ciudadanos a tener otra manera de entender y asumir la misma vida.
Indicó que una cosa es lo que las autoridades informan en cuanto a cifras y otra la realidad, pues cuando se escucha a las personas de la comunidad que se acercan a pedir que se rece por sus desaparecidos.
Agregó que si bien no le corresponde llevar la estadística, sabe de lo que padece la gente.
Dijo desconocer si las autoridades han sido indolentes en este tema, pero al menos, no han tenido la capacidad para resolverlo, que por lo que se ve, es obvio que no se ha podido hacerlo.
“Me parece que se requiere realmente el sentido de una estructura de quien tenga la luz, la inteligencia, la sabiduría, para poder integrar, para poder escuchar, para poder encontrar soluciones”, acotó.