Orizaba | 2024-03-23
Con el fin de regular la labor de los vendedores de palma que se ubican en el atrio de la Catedral de Orizaba, personal de Comercio Informal acudió a dialogar con ellos para precisar qué es lo que pueden o no hacer.
José de Jesús Castro Blas, supervisor de inspectores, recordó que esta actividad en Orizaba está regulada y hay zonas en donde no se puede vender, como es el centro de la ciudad.
Mencionó que si bien el párroco de la catedral les permite expender su mercancía, deben tener claro que esta actividad sólo la pueden realizar al interior del atrio.
Comentó que un vendedor preguntó si se podía poner bajo un árbol junto a una de las entradas laterales, pero se le explicó que no porque no pensarán que lo está haciendo para protegerse del sol, sino que está vendiendo afuera de la iglesia.
Es ahí donde otros más empiezan a cuestionar por qué él puede y ellos no.
"Nosotros no queremos molestar a nadie y queremos tener la vía pública libre como lo establece el reglamento. Nosotros únicamente estamos en coordinación para que no se salgan", indicó.
El supervisor de inspectores mencionó que también se puntualizó que no pueden poner a los niños a vender, pues en ocasiones los mandan a ellos afuera.
Aclaró que una cosa es que vengan las familias y haya niños que ayuden en algo a sus papás y otra que estén vendiendo, ya que eso se puede considerar explotación infantil y lo sanciona la autoridad.
Señaló que lamentablemente en la ciudad se siguen detectando a menores de edad que venden y hay padres que traen a sus hijos y los ponen a vender, principalmente dulces y galletas.
Explicó que cuando se detecta esa situación se lleva al niño con su padre o madre y se les explica que no pueden poner a los menores a vender, pues no está permitido y además ponen en riesgo su integridad.
Comentó que en Orizaba se tiene detectados a unos seis menores que constantemente llegan a vender, procedentes de la zona de Mendoza y que incluso llegan en vehículo.